Hijo de inmigrantes libaneses, Michel Temer nació en Tietê, Estado de São Paulo, el 23 de septiembre de 1940. Sus primeros pasos en la política los dio junto a Adhemar Pereira de Barros, alcalde y gobernador de São Paulo, cuyo más famoso lema de campaña fue "Adhemar roba pero hace".
En 1983 fue nombrado procurador general del Estado, y al año siguiente pasó a ser secretario de Seguridad Pública del mismo distrito.
Fue electo por primera vez para un cargo como asambleísta constituyente en 1986, tras el regreso de la democracia al país sudamericano. Posteriormente, entre 1994 y 2010 ocupó una banca en la Cámara de Diputados siendo electo presidente de la misma en tres ocasiones: 1997, 1999 y 2009.
Desde 2001 preside el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y en 2010 acompañó por primera vez la fórmula presidencial que encabezó Rousseff producto de la alianza entre el PMDB y el Partido de los Trabajadores (PT).
Un presidente de Wall Street pero no de los brasileños
"El 'impeachment' es impensable, generaría una crisis institucional", declaró Temer en marzo de 2015. Sin embargo, con el correr de los meses su postura fue cambiando hasta que, a comienzos de este año, su partido decidió romper la alianza con el PT pero sin dejar los puestos ocupados en el Gobierno.
De esta forma llegó a la presidencia de Brasil una figura que "a Wall Street le gusta", según la propia cadena estadounidense CNN, que además define al presidente en funciones como "un hábil negociador tras bambalinas", que "parece ser del gusto de los inversionistas".
Sin embargo, el mismo medio de comunicación reconoce que Temer no agrada "a la mayoría de los brasileños" ya que opinan que "debería ser llevado a juicio político".
¿Puede haber otro 'impeachment'?
Casi al mismo tiempo que la Cámara de Diputados dio curso al pedido de juicio político contra Rousseff ingresó también una solicitud en el mismo sentido contra Temer pero que no ha avanzado.
Es que, como señala la BBC, "su nombre ha sido mencionado por delatores del escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras".
Al respecto el periodista Nicolás Zyssholtz, del portal Notas - Periodismo Popular, añade que "los 'lobbistas' Julio Camargo y Fernando Baiano, como el exsenador Delcídio de Amaral, lo implicaron en distintos ilícitos".
Entre ellos se cuentan el cobro de 5 millones de reales (1,5 millones de dólares) pagados por la constructora OAS y dos pagos de 40.000 dólares del conglomerado Camargo Correa, por obras en las ciudades paulistas de Praia Grande y Araçatuba, entre otros.
A pesar de ello, la Fiscalía aún no ha decidido investigarlo.
El poderoso PMDB
El nuevo presidente de Brasil pertenece al partido político con más afiliados del país, que gobierna siete estados y 1.030 ciudades; cuenta con 69 diputados y 18 senadores.
Como explica Zyssholtz "el PMDB no gobierna, pero nadie gobierna sin el PMDB". El último presidente electo —por voto indirecto— del partido fue José Sarney (1985 - 1990).
Desde entonces el PMDB ha sido únicamente aliado de los distintos gobiernos brasileños, desde el conducido por el Partido Socialista Democrático Brasileño de Fernando Henrique Cardoso, hasta los de Lula Da Silva y Dilma Rousseff con el PT.
"No se trata de ser Gobierno, sino de garantizar la gobernabilidad. A lo largo del tiempo, los distintos planes que fueron útiles para el país solo prosperaron y fueron aprobados debido a que el PMDB aseguró la gobernabilidad", dijo Temer en el marco de la campaña electoral de 2014. Y añadió: "Por lo tanto, producimos un efecto muy beneficioso para el país".
Palabras que fueron un anticipo de lo que vendría.