Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue presidente de Brasil en el periodo 2003-2010, ha concedido una entrevista exclusiva a RT, en la que, además de comentar sobre el 'impeachment' a Dilma Rousseff y otras temas de actualidad, ha recordado algunos momentos especiales de su presidencia y ha expuesto su opinión personal sobre cuestiones como la pobreza o la educación. A continuación, les presentamos algunas de sus citas más destacadas.
Sobre la pobreza
Para el expresidente brasileño, uno de los mayores éxitos de su país es el "salto cualitativo" que dio Brasil en términos de erradicación de la pobreza, algo que en su opinión, "molesta a una parte de la élite brasileña" y a quienes piensan que "los pobres deben existir", porque se preguntan: "'¿A quién daremos limosna?' o '¿Cómo practicaremos la caridad si no hay pobres?'".
Lula da Silva tiene otra visión del mundo, ya que su sueño es "construir una sociedad en la que todos puedan desayunar, almorzar y cenar; en la que todos tengan su casa, su auto, su televisor, su nevera, su computadora" y que les permita "ir al cine, al teatro o a un restaurante", porque "es lo mínimo que podemos ofrecer al pueblo".
Sobre la educación
El predecesor de Dilma Rousseff niega rotundamente que el dinero destinado a la educación pueda ser calificado como un 'gasto'. Para él, "el dinero para la educación es una inversión, la mejor inversión que un país puede hacer".
Es más, Lula opina que se trata de "una inversión con beneficios inmediatos, que califica al país para la competitividad", y también "para aumentar la capacidad de sus productos y para mejorar su productividad".
"Por eso la educación era algo esencial para mí. Y por eso yo, el único presidente de Brasil sin diploma universitario, fui el que creó más universidades en el país", recuerda.
Sobre su pasado humilde
El político ha hablado también del momento de su carrera cuando fue invitado a la reunión del G8 en Francia en 2003, en la que también participaron George W. Bush, el primer ministro japonés Junichiro Koizumi, Tony Blair por el Reino Unido y el canciller alemán Gerhard Schröder, entre otros. Lula recuerda sus pensamientos en aquel momento: "Yo, un simple tornero que trabajaba en una fábrica… estar en ese mundo era algo irreal para mí".
Por otro lado, afirma que se sentía orgulloso de participar porque, "aunque todos los presentes tuvieran mejor formación que la mía, ningún de ellos conocía el mundo de dónde venía". "Nunca habían entrado en una fábrica, nunca se habían quedado sin empleo, nunca habían vivido en calles inundadas, nunca se habían despertado teniendo un metro de agua en sus viviendas, nunca habían pasado hambre; yo había pasado por todo eso", explica el exmandatario de Brasil, quien agrega que le "enorgullecía que aunque no tuviera formación académica, sí tenía una formación de la que ellos carecían".
"Me sentía más cómodo cuando pensaba en la gente a la que yo representaba en ese encuentro. Estaba hablando por todos los que nunca han podido hablar", relata el expresidente brasileño, quien agrega que fue de las pocas veces que una persona "que había empezado desde tan abajo" había logrado "alzarse hasta donde estaban" otros participantes de aquella cumbre.
Sobre la posibilidad de volver a la presidencia
Lula no descarta presentarse como candidato a la presidencia de Brasil en 2018, aunque confiesa que "no le gustaría serlo". En concreto, sobre las posibilidades de ser candidato, sostiene que "existen todas y ninguna", ya que pertenece a un partido político, "y ese grupo decide lo que se va a hacer".
"A mí, personalmente, no me gustaría serlo, se lo digo con sinceridad. Ya lo fui. Ya he pasado por esa experiencia, y creo que lo hice con éxito. Ahora pienso que debemos tener otras personas", explica Lula.
"¿Qué me haría volver a ser candidato si tengo salud? La reconstrucción de un proyecto de inclusión social, que ha sido la cosa más bella que ha sucedido en este país en este siglo XXI", señala el expresidente brasileño.
Sobre la política exterior
Lula da Silva defiende que la base de su política exterior consistía en "no pensar solamente en términos comerciales", sino también "desde el punto de vista logístico, de la geopolítica, de la participación en los foros multilaterales".
Además, argumenta que Brasil "no puede mirar" a algunos países, como por ejemplo Cabo Verde o Mozambique, "desde el punto de vista comercial".
"Tenemos que conocer nuestra deuda histórica con el continente africano, que no se puede pagar en dinero, no se puede medir en dinero, sino en solidaridad, en transferencia de tecnología", asegura.