En apoyo a la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el exmandatario del país, Luiz Inácio Lula da Silva, busca crear un frente político de fuerzas de izquierda. Respecto a la iniciativa, el líder del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Joao Pedro Stédile, opina que el gobierno interino en Brasil, liderado por Michel Temer, es "golpista" y que actuando como lo ha hecho no se resolverá la crisis que vive el país.
Según Stédile, el Movimiento, que forma parte del Frente Brasil Popular –que, a su vez, reúne más de 60 organizaciones y partidos de izquierda– "no reconoce la legitimidad" del Gobierno de Michel Temer. "Hay que volver a la presidenta Dilma, pero ella a la vez tiene que hacer regresar cuatro programas de gobierno [..] que pueden afrontar la grave crisis económica, política, social y ambiental que vive Brasil", señala el político.
Además, el líder del MST asevera que la crisis es "tan profunda" que no se va a resolver con "golpes o con maniobres porque el único interés de la burguesía brasileña en este momento es volver a aplicar un plan neoliberal".
"Nuestra tarea principal ahora es no reconocer el gobierno golpista, frenar el golpe y tratar que la presidenta Dilma vuelva", afirma Stédile.
¿Cómo se comporta la sociedad brasileña ante la crisis?
Todos los sectores de la sociedad brasileña se han manifestado de una forma contundente contra el golpe, recuerda Pedro Stédile. Según él, "prácticamente todos los días" hay manifestaciones de intelectuales y artistas contra el nuevo gobierno. "En este momento hay 20 instalaciones del antiguo Ministerio de Cultura de artistas e intelectuales que han sido cerradas por el gobierno de Temer", asegura.
Además, subraya, se están produciendo manifestaciones de religiosos, abogados, juristas, jóvenes y mujeres. Stédile espera que el MST ayude a que la clase trabajadora "se dé cuenta de la maldad del plan neoliberal" y salga a la calle contra el Gobierno.