Manfred Seel, un jubilado alemán de apariencia apacible e intelectual, que murió en 2014, está sospechado por investigadores del país de haber cometido una serie de sádicos asesinatos de cinco mujeres y un adolescente de 13 años en los años 70 y 90, informa la BBC.
La policía no descarta además que Seel haya podido cometer otros asesinatos. Al morir a los 67 años este exarquitecto paisajista de la ciudad de Schwalbach, cerca de Frankfurt, su hija encontró los restos de una mujer dentro de un barril en un garaje que había alquilado el hombre.
Los restos mortales pertenecían a Britta Simone Diallo, una prostituta de Frankfurt. Los investigadores afirman que no hay dudas de que la haya matado él. Además, Seel es sospechado de haber asesinato brutalmente a Gudrun Ebel y Hatice Eruelkeroglu en 1971, Gisela Singh en 1991, Dominique Monrose en 1993 y Tristan Bruebach en 1998.
Se estima que la única víctima masculina de Manfred Seel fue Tristan Bruebach, un niño de 13 años de edad a quien le cortaron la garganta mientras caminaba de su casa a la escuela en 1998. El cuerpo mutilado del niño fue hallado en un túnel de Frankfurt.
En todos los casos las heridas en los cuerpos de las víctimas coinciden con las que aparecieron en el material pornográfico violento en la computadora de Manfred Seel.
Además, en el ordenador del supuesto asesino fueron halladas más de 32.000 imágenes con escenas de canibalismo y glorificación de la violencia.
Los investigadores sugieren que el intervalo de 20 años entre los asesinatos puede haberse tratado de una etapa en la que el hombre estuvo ocupado, por ejemplo, formando una familia.