El pasado 20 de abril se restablecía el Consejo OTAN-Rusia, el único foro en el que un país que no pertenece a la Alianza dialoga con el bloque militar. Sin embargo, a pesar de este indicio positivo, la desconfianza parece ir en aumento: no solo lo ejemplifica la escalada de movimientos militares o los ejercicios agresivos de fuerzas aéreas sino, en este caso, una obra de ficción escrita por Richard Shirreff, excomandante supremo adjunto de las fuerzas de la Alianza en Europa entre 2011 y 2014.
Tal y como cuenta el corresponsal de RT Gonzalo Wancha, la trama del libro se desarrolla en el 2017 y representa una guerra de Rusia con la OTAN, en la cual el apocalipsis nuclear es inminente. La novela presenta a Moscú como un actor agresivo hacia los países bálticos y recuerda que la única manera de prevenir este ocaso de la civilización es fortaleciendo a la OTAN en las zonas fronterizas con Rusia.
Esta situación es definida por Shirreff como "totalmente plausible". El exmilitar sostiene que su experiencia adquirida en conflictos le ayudó a establecer la narrativa de la obra.
Un equipo de RT ha salido a las calles de varias ciudades del mundo para pedir la opinión de los ciudadanos y la postura es unánime: nadie cree que este escenario vaya a ser real. "No lo creo posible, no me parece una opción en los próximos años" o "todos los países van a evitar eso antes de tomar esas decisiones tan graves", son algunas de las respuestas que nos han dado.
Pero, ¿qué hay de real en la ficción?
Existe un afianzamiento militar por parte de la OTAN. Así lo ha declarado este lunes Jens Stoltenberg, secretario general del bloque militar: "El refuerzo del flanco este de la OTAN es una respuesta a las nuevas tareas que se plantean ante la alianza, incluida la política agresiva de Rusia". Un mantra que, según apunta Wancha, repiten desde la Alianza cada vez que hablan del reforzamiento de sus posiciones militares.
En cuanto a los movimientos más recientes de la organización, destaca el ocurrido el pasado 2 de mayo, cuando se evaluódesplegar 4 batallones en Estonia, Lituania y Letonia, que estarían rotando entre estas naciones bálticas. Además, el aumento de presupuesto en esa región de la OTAN para el 2017 supera los 2.500 millones de dólares, rompiéndose así una larga tendencia de bajada del presupuesto militar para Europa del Este por parte de la Alianza.
Asimismo, el pasado 19 de mayo se firmó un protocolo para la adhesión de Montenegro, mientras se realizaban ejercicios militares en Polonia (Brilliant Jump) y Rumanía (Steadfast Cobalt). "La delgada línea de defensa y de prevención de amenazas se diluye con una política cada vez más agresiva y activa en la frontera con Rusia", señala Wancha.
Por su parte, el politólogo Guillermo Pulido cree que cada país de la OTAN tiene sus propios intereses y no todos los Estados miembros de la Alianza están de acuerdo con considerar a Rusia como una amenaza. "No creo que todos los aliados de la OTAN estén de acuerdo en ese discurso, sencillamente, hay países que creen que Rusia es una amenaza y EE.UU. trata de darles la seguridad de que Rusia no va a agredirles militarmente", indica.