Las fuerzas kurdas han liberado de manos del Estado Islámico tres localidades en la provincia siria de Raqa y los milicianos que forman parte de las Fuerzas Armadas sirias están realizando una ofensiva al norte de su capital, uno de los bastiones de los extremistas. Desde el inicio del operativo, plantearon privar de los suministros que les llegan desde Turquía a los terroristas. Según informan, los yihadistas han sufrido importantes pérdidas.
La gente tiene miedo y huye, pero el Estado Islámico no deja huir
Cientos de ciudadanos abandonan la urbe a diario, aquellos que se han enterado de la operación de antemano gracias al aviso que lanzaron los militares en panfletos desde el aire. Pero esta información también la recibieron los terroristas, cuya respuesta fue bloquear la salida para usar a la población como escudo humano.
"Aquí bombardean. La gente tiene miedo y huye, pero el Estado Islámico no deja huir. Si cada uno decidiera por si solo nadie se habría quedado en Raqa", afirma el refugiado Hasan Shawwah.
La resistencia de los terroristas se explica por la necesidad de conservar la zona de Raqa como importante punto de suministro, y perderlo significaría un debilitamiento en su poderío. Por lo tanto, no solo responden con bombardeos, sino que también mandan coches camuflados que hacen explotar al llegar a su destino.
La mayoría de las carreteras que llevan a Raqa han sido bloqueadas por las fuerzas antiterroristas, dando a la población una esperanza. Desde el terreno, los militares afirman que los yihadistas del EI están perdiendo sus posiciones. Al mismo tiempo, otros países, entre ellos Rusia, proponen coordinar sus esfuerzos para dar una respuesta aún más firme contra el terrorismo que ayudaría no solo a Siria, sino al resto del mundo.