Llora las muertes pero no se disculpa: histórica visita de Obama a Hiroshima

El presidente estadounidense, Barack Obama, realiza este viernes una visita histórica a la ciudad japonesa de Hiroshima, tristemente conocida por haber sufrido un bombardeo atómico de EE.UU.

Obama llegó este miércoles a Japón para participar en la cumbre del G7, que finaliza este viernes y en la que se han abordado los desafíos de la economía mundial, así como otros retos globales.

A su llegada a Hiroshima, el jefe de Estado norteamericano, citado por Associated Press, ha mencionado que el mundo tiene la responsabilidad compartida de plantearse cómo evitar la repetición de ese sufrimiento. "La bomba de Hiroshima ha demostrado que la humanidad tiene medios para su autodestrucción", agregó.

"Estamos aquí tratando de imaginar el momento en el que cayó la bomba (…). Las víctimas estadounidenses y japonesas son iguales", dijo el presidente estadounidense. "Hace 71 años la muerte cayó del cielo. El mundo cambió para siempre aquí, pero hoy los hijos de esta ciudad van a vivir en paz", agregó, haciendo un llamado a reducir las reservas mundiales de armas nucleares.

Una visita sin disculpas

En una breve ceremonia el mandatario norteamericano realizó una ofrenda floral ante el cenotafio en memoria de las 140.000 personas que murieron a consecuencia del bombardeo nuclear, la mayoría civiles. Sin embargo, no ha presentado ningunas disculpas. El analista internacional Daniel Morales, sostiene que la negativa de Obama a disculparse por el bombardeo nuclear se debe a que en EE.UU. existe un "consenso histórico acerca de que los bombardeos fueron un mal necesario para acabar la guerra".

Esto no concuerda con el humanismo, la base ideológica del derecho internacional

A su vez, este martes el Ministerio de Exteriores de Japón señaló que el ataque nuclear estadounidense contra las ciudades japonesas violó los principios del humanismo. "Esto no concuerda con el humanismo, la base ideológica del derecho internacional", señaló el Ministerio mencionando que la pérdida de miles de vidas humanas condujo a "una triste situación desde el punto de vista de la humanidad".

Los críticos de ambos lados del Pacífico arremetieron hace unos días contra los planes del presidente Obama de visitar Hiroshima, informa 'USA Today'.

En Japón, los líderes de un grupo de supervivientes de la bomba atómica instaron a Obama a pedir disculpas "a las víctimas humanas" durante su visita a la ciudad y reconocer que el uso del arma fue "inhumano y contrario al derecho internacional".

Terumi Tanaka, secretario general de la Confederación japonesa de Organizaciones de Víctimas de las Bombas Atómicas y de Hidrogeno, declaró en una conferencia de prensa en Tokio que los sobrevivientes y sus partidarios habían dejado de lado las demandas de disculpas públicas por los bombardeos con el fin de facilitar la visita de Obama.

"La piel empezaba a desprenderse del cuerpo junto con la carne"

La mañana del 6 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense Enola Gay lanzó sobre Hiroshima la primera bomba atómica utilizada en combate con la supuesta intención de dar por concluida la Segunda Guerra Mundial.

Se estima que la explosión acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas. Sin embargo, a finales de 1945 las víctimas mortales se elevaban ya a 140.000 y la cifra de afectados por la radiación en los años posteriores es difícil de contabilizar. Tres días después del ataque, EE.UU. lanzó una segunda bomba nuclear, sobre la ciudad de Nagasaki.

 

AFP
La nube de hongo de la bomba atómica lanzada por el bombardero estadounidense Enola Gay sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. / AFP
La ciudad de Hiroshima, devastada pocos días después del lanzamiento de la bomba. / AFP
Un niño llora entre las ruinas de Hiroshima el 5 de agosto de 1946, un año después de que la bomba atómica arrasara la ciudad. / AFP
Trabajadores japoneses llevan una víctima del bombardeo atómico de Hiroshima. / Reuters
Seis años después del lanzamiento de la bomba, este hombre muestra las secuelas de la explosión atómica en Hiroshima. / AFP
Dos hermanos que sobrevivieron al bombardeo atómico de Hiroshima, en una foto sacada cuatro días después del ataque. / AFP
La devastada ciudad de Hiroshima tres años después del ataque atómico del Ejército de EE.UU. Unas 140.000 personas, más de la mitad de la población de la ciudad, murieron en el bombardeo. / AFP
Unos niños se protegen con máscaras de la radiación en Hiroshima casi tres años después del bombardeo de la ciudad. / AFP
Una mujer amamanta a su hijo cuatro días después del bombardeo atómico de Hiroshima. El bebé presenta evidentes quemaduras. / AFP
El piloto de la Fuerza Aérea del Ejército de EE.UU. Paul W. Tibbets saluda desde la cabina del bombardero B-29 Enola Gay el 6 de agosto de 1945 antes de despegar para lanzar la bomba sobre Hiroshima. / AFP
La explosión de la segunda bomba atómica estadounidense, lanzada sobre la ciudad de Nagasaki el 9 de agosto de 1945. / Reuters
Víctimas de la bomba atómica de Nagasaki arrojadas del tranvía en el que viajaban en el momento del ataque. / Reuters

"Tras la explosión (de la bomba nuclear) la ciudad fue devastada. Parecía como si un enorme pie la hubiera pisado y aplastado", relató a RIA Novosti uno de los sobrevivientes de ese ataque, Keiko Ogura.

"Luego de las quemaduras sufridas por las personas, la piel empezaba a desprenderse junto con la carne. Era muy doloroso para ellos bajar los brazos y caminaban con los brazos levantados hacia adelante, como fantasmas, mientras que de sus manos colgaba la piel. En todas partes había olor a pelo quemado. En muchas personas se podía ver sus órganos internos. Parecía que estaban sosteniendo algo en el estómago, y eran sus intestinos", recuerda Ogura, que en el momento del ataque tenía 8 años.