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Ley seca y toque de queda para los militares de EE.UU. tras el asesinato de una joven en Okinawa
El asesinato de una joven en la isla japonesa ha reavivado la polémica por la presencia de los militares estadounidenses en Okinawa.
Los funcionarios militares estadounidenses han cancelado todas las fiestas y celebraciones en sus bases de Okinawa tras el arresto de un estadounidense como presunto violador y asesino de una mujer japonesa en esta isla.
Asimismo, se ha impuesto el toque de queda nocturno hasta el próximo 24 de junio, un "periodo de unión y luto", según los funcionarios, mientras se suceden los llamamientos para endurecer la disciplina entre los 30.000 militares y contratistas de las bases estadounidenses en Okinawa, informa 'The Daily Telegraph'.
El 19 de mayo fue arrestado Kenneth Shinzato, de 32 años, contratista de la base militar de EE.UU. en Okinawa, que admitió haber estrangulado y apuñalado a Rina Shimabukuro, de 20 años.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, que llegó la semana pasada a Japón para participar en la cumbre del G7, se vio obligado a presentar disculpas. "Le expreso mis sinceras condolencias por el fallecimiento de la joven. Estamos adelantando una investigación escrupulosa y colaboramos en ese proceso", dijo.
Sin embargo, el crimen ha reavivado la polémica por la presencia militar de EE.UU. en la isla japonesa de Okinawa. No en vano, el pasado 22 de mayo unas 2.000 personas protestaron ante una base naval de Okinawa exigiendo la salida de los militares estadounidenses de la isla.
Suzuyo Takazato, representante del grupo Mujeres de Okinawa contra la violencia militar, declaró que buscan "la retirada de todas las bases y de los militares para garantizar que la gente en Okinawa pueda vivir en paz".
"¡Retiren todas las bases y a los militares!", rezaba uno de los carteles durante la protesta, en la que se oyeron gritos como: "Váyanse" o "Márchense a casa". Además, se pretende llevar a cabo una protesta masiva en junio comparable a la que tuvo lugar en 1995 y que movilizó a 85.000 personas tras la violación de una niña de 12 años por tres militares estadounidenses.
La región de Okinawa está considerada la más pobre de Japón. Según los residentes de la isla, esto se debe al hecho de que el 10% de todas las tierras de la prefectura (y el 18% del territorio de la isla de Okinawa) se encuentran en poder de los militares estadounidenses, lo que supone una presión enorme sobre la economía de la isla. Según una encuesta realizada en 2012, el 74% de los residentes de Okinawa califica la presencia militar extranjera de "ocupación".
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