La OTAN y Rusia no viven una nueva Guerra Fría, y la Alianza Atlántica no busca embarcarse en una carrera armamentística, ha asegurado este jueves el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
"No estamos en el estado de una nueva Guerra Fría, pero tampoco tenemos una alianza estratégica que tratemos de desarrollar con Rusia después de la Guerra Fría", ha precisado Stoltenberg en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín, donde afirmó también que la Alianza "no busca una confrontación con Rusia".
"No queremos una nueva carrera armamentística, por lo que combinamos esfuerzos para la defensa colectiva y la preservación de los canales abiertos de diálogo político con Rusia", ha añadido el secretario general de la OTAN, según lo cita RIA Novosti.
Declaraciones y acciones 'estilo Guerra Fría'
Las palabras de Stoltenberg contradicen tanto las recientes acciones de la OTAN como las declaraciones de otros representantes de la Alianza y de sus Estados miembros.
En este sentido, el nuevo comandante de la OTAN en Europa, el general Curtis Scaparrotti, considera "el resurgimiento de Rusia" un desafío, al que sitúa entre otros retos principales a los que se enfrenta la Alianza como la lucha contra el terrorismo y la crisis de los refugiados.
Su predecesor, el general estadounidense Philip Breedlove, es otro airado profeta de la supuesta 'amenaza militar rusa'. A primeros de marzo anunció que Rusia es un enemigo de EE.UU. y representa una amenaza a largo plazo para los intereses de Washington. Además, señaló que EE.UU. y sus aliados deben prepararse para un posible conflicto con Rusia.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores polaco, Witold Waszczykowski, llegó a afirmar en una conferencia internacional de seguridad celebrada en Tallin en mayo que la Alianza del Atlántico Norte no debe respetar el Acta Fundacional firmado en 1997 entre la OTAN y Rusia, ya que no es un documento legal.
La OTAN ha ido aumentando su presencia militar en Europa del Este y el mar Negro desde el estallido del conflicto en Ucrania. Durante el año pasado, la Alianza Atlántica incrementó drásticamente el número y la intensidad de sus ejercicios militares en toda Europa, sobre todo cerca de las fronteras rusas. En este contexto, el pasado mes de noviembre, el bloque militar lanzó sus maniobras a gran escala Trident Juncture 2015 con la participación de 36.000 efectivos, más de 60 buques de guerra y cerca de 200 aeronaves de siete Estados miembros.
No estamos en una nueva Guerra Fría, pero tampoco tenemos una alianza estratégica que tratemos de desarrollar con Rusia después de la Guerra Fría
El pasado 12 de mayo la OTAN inauguró una nueva base militar en Rumanía, que supuso la conclusión del plan de construcción del escudo de antimisiles en Europa del Este, un plan anunciado por primera vez por George W. Bush en 2007.
También en mayo, los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OTAN firmaron el protocolo sobre la adhesión de Montenegro a la organización, en la primera ampliación de la Alianza desde que Albania y Croacia accedieran a la misma en 2009.
Además, la Alianza Atlántica puso en marcha el pasado 27 de mayo una serie de ejercicios militares en Polonia que han continuado esta semana. Las maniobras militares son llevadas a cabo por la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF, por sus siglas en inglés), que este año 2016 lidera España y estará formada por 5.000 militares. Será capaz de desplegarse, en cuestión de pocos días, en cualquier lugar de mundo.
Respuesta rusa
Por su parte, Moscú advirtió de que el aumento de las actividades de la OTAN cerca de las fronteras del país puede socavar la estabilidad global y nacional del país. Según el portavoz del presidente ruso Dmitri Peskov, el refuerzo de los efectivos militares de la OTAN en las fronteras del país representa una amenaza para su seguridad nacional.
"Estamos registrando acciones muy poco amistosas de la Alianza en términos de creación de capacidades [militares] cerca de nuestras fronteras y creemos que las acciones de la Alianza representan una amenaza para los intereses nacionales y la seguridad nacional de Rusia", ha manifestado Peskov. "Es más, observamos que las recientes acciones de la OTAN confirman una vez más que la Alianza ha sido incapaz de adaptarse a las condiciones modernas y ha conservado su propósito original: contener a la Federación de Rusia y estar en confrontación con ella", ha añadido el representante del Kremlin.
Por su parte, el representante permanente de Rusia ante la OTAN, Alexánder Grushkó, afirmó este lunes que la Alianza Atlántica utiliza la imagen de Rusia como enemigo para volver al centro de la escena mundial. Según Grushkó, la OTAN se siente "absolutamente incómoda en la ausencia de un gran enemigo" y para garantizar la seguridad en Europa utiliza los esquemas de los tiempos de la Guerra Fría.