La violencia desatada por las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, que se formaron en Estados Unidos, ha creado una situación devastadora en El Salvador, sostiene el periodista Andrew Buncombe. "Secuestros y extorsión son cosas habituales mientras el Gobierno ha sido acusado de operar escuadrones de la muerte", señala Buncombe en su artículo publicado en 'The Independent' titulado 'El Salvador: Dentro del país más mortífero del mundo en tiempos de paz'.
Hubo un niño de tres años que había recibido cuatro balas
En 2015 se registraron 104 homicidios por cada 100.000 residentes, lo cual representa un aumento del 67% en comparación con las cifras de 2014, convirtiendo El Salvador en el país más mortífero fuera de la zona de guerra, señala Buncombe. "Solo países como Siria e Irak son más mortíferos", indica el periodista, asombrado por la cantidad de muertes violentas en El Salvador, que solo entre el 1 de enero y el 18 de marzo sumó 2.555 casos. Alrededor del 22% de las víctimas tenían entre 15 y 19 años y el 20% eran jóvenes de entre 20 y 24 años.
El Instituto de Medicina Legal en el centro de San Salvador se ha convertido en "una de las primeras líneas de una guerra" de la que pocos se enteran fuera del país. Las ambulancias recogen cuerpos, desgarrados y llenos de balas, desde diferentes puntos de la ciudad y los traen a este edificio día y noche, subraya Buncombe. "Acá también llegan familias, gimiendo y golpeando las puertas, desesperadas por la información pero sin ganas de creer que sus seres queridos ya no están", agrega.
Según el periodista, las pandillas han destruido la vida normal de El Salvador y ahora son uno de los factores clave que empujan a la gente a intentar abandonar el país. "Lo más duro para mí es cuando tenemos que recoger cuerpos de niños. Hubo un niño de tres años que había recibido cuatro balas. Estaba con su tío", cuenta Rafael Neda, que trabaja en una empresa funeraria.
Tener un familiar joven es un crimen
Buncombe también menciona que las unidades gubernamentales a menudo han sido acusadas de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales y de actuar con impunidad. El año pasado el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos del país, David Morales, investigó dos casos en los cuales los agentes actuaban fuera de la ley. "Vivimos en una guerra", comenta Julia Morena, cuñada de Mario, un adolescente que fue asesinado a tiros a los 19 años durante un operativo policial. "Tener un familiar joven es un crimen", añade.