El temible regreso de una droga letal
"Hay pruebas de la innovación en la oferta de heroína en los mercados europeos y es posible un resurgimiento de esta droga". Esta seria advertencia, recogida en el 'Informe Europeo sobre Drogas 2016', explica la alarma social que está generando el notable aumento del consumo de heroína en gran parte de Europa y EE.UU.
Desde que las tropas norteamericanas y los cascos azules de la ONU abandonaran Afganistán la producción de opiáceos ha experimentado un fuerte incremento que no ha tardado en dejarse sentir en los flujos del narcotráfico y en las macabras estadísticas relacionadas con el consumo.
Europa: el regreso de un fantasma conocido
La heroína es aún un recuerdo reciente en la memoria de algunos países del continente como España, que en los años ochenta vio a toda una generación padecer graves trastornos asociados al uso de esta droga; no sólo por las abundantes muertes por sobredosis o las vidas lastradas por la adicción, sino también por la delincuencia que aumentó en paralelo y el auge el sida, que agravó el problema hasta dejar un panorama social tan nefasto que explica perfectamente la actual preocupación ante este nuevo repunte del consumo de heroína.
La masiva oferta de esta substancia se ha hecho patente en las abultadas cifras que reflejan las incautaciones en países como Grecia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Rumanía, Croacia, Ucrania y España, que en algunos casos superan la tonelada de heroína interceptada.
En nuestros días la droga sale de Afganistan y llega a Turquía, que cuenta con una situación geográfica privilegiada y una notoria tradición de mafias eficaces en la distribución de heroína, que en no pocas ocasiones han podido contar con la connivencia y el amparo de ciertas instituciones públicas locales. De hecho, el tráfico de heroína ha tenido gran influencia en la economía del país. Como ha llegado a afirmar Ryan Gingeras, profesor asociado en la Naval Postgraduate School en Monterey (California), "resulta imposible entender la construcción de la moderna República de Turquía sin tener en cuenta el papel de las fuerzas locales, nacionales y transnacionales relacionadas con los flujos de heroína que atraviesan Asia Menor".
Países Bajos como gran centro de distribución
Sin embargo, es el puerto de Rotterdam (Países Bajos), verdadero centro de distribución de la heroína que se comercializa actualmente. Como si los narcotraficantes hubieran encontrado el punto débil ideal, utilizan este puerto para introducir los alijos en contenedores y distribuirlos desde allí por carretera hasta los confines del continente.
Una de las grandes ventajas que ofrece este puerto en el itinerario de las mafias es la inoperancia de las fuerzas de seguridad locales, poco acostumbradas al crimen organizado y escasamente preparadas para responder a semejante reto. Se trata de un puerto difícil de controlar, ya que mueve 400 millones de toneladas de mercancía al año y el porcentaje que se puede vigilar con garantías es escandalosamente bajo.
En 2015 fue detenido un aduanero que dejó pasar unos 3.400 kilos de cocaína. Él decidía los contenedores que debían analizarse
La otra gran ventaja que ofrece el puerto de Róterdam a los narcotraficantes es la corrupción de algunos de sus empleados. "Hay una buena dosis de corrupción. Las bandas compran a los oficiales para que eviten vigilar ciertos contenedores. De esta forma, los delincuentes pueden acercarse, forzarlos y desaparecer", afirma el periodista neerlandés Peter Blasic,recoge el diario 'El País'. En el mismo diario, otro reportero neerlandés especializado en crimen organizado, Mick Van Wely, menciona el caso más flagrante de corrupción portuaria en Róterdam: "En 2015 fue detenido un aduanero que dejó pasar unos 3.400 kilos de cocaína. Él decidía los contenedores que debían analizarse".
Una vez fuera del puerto, la droga viaja en camiones oculta entre mercancía lícita o en dobles fondos. La facilidad con que traspasa las fronteras se ha puesto de manifiesto y ha resultado alarmante. La única dificultad que encuentran las mafias en este sentido es el paso por Francia, que ha aumentado sus dispositivos de seguridad desde que ha crecido su percepción de la amenaza yihadista.
EE.UU.: crisis sin precedentes, nuevo tipo de consumidor
El dato habla por sí solo: 8.260 personas murieron por sobredosis en EEUU en 2013, cuatro veces más que en el año 2000. Por ello, no es raro que a este fenómeno se considere ya una epidemia, probablemente la peor crisis de mortalidad por drogas en toda la historia del país, superando la devastación que el crack produjo en los años 80, principalmente entre la población marginal afroamericana del país.
El dato habla por sí solo: 8.260 personas han muerto por sobredosis en EEUU en 2013, cuatro veces más que en el año 2000
Según un artículo publicado por Katharyn Q. Seelye en 'The New York Times', ahora el perfil del consumidor norteamericano de heroína es distinto al de aquella crisis del crack: "Cerca del 90% de los estadounidenses que han probado la heroína durante la última década son blancos". El consumo en este país es más frecuente en zonas suburbanas y pequeñas localidades.
Según se desprende del mismo articulo, la mayoría de los expertos está de acuerdo en que uno de los factores que han propiciado esta crisis en EE.UU. es la existencia previa de un extendido hábito de consumo de fármacos opiáceos recetados durante la pasada década con demasiada facilidad y frecuencia. El paso de esos 'painkillers' a la heroína ha sido un fenómeno frecuente y, a la vista de las actuales cifras, devastador.
En 2015 ya había fuertes sospechas
Hace casi exactamente un año se presentó en Viena el 'Informe Mundial sobre Drogas' que ha presentado la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). "A escala global, el aspecto más preocupante es que el cultivo de opio ha alcanzado su nivel más alto en los últimos 80 años y su producción tocó en 2014 las 7.554 toneladas, de las que en Afganistán se generó el 85%", reza una nota al respecto publicada por la agencia EFE.
En la misma se recogen declaraciones del director general de ONUDD, Yuri Fedotov, quien afirmaba que "el cultivo récord de opio en Afganistán sigue suponiendo un desafío formidable para toda la comunidad internacional".