Marina británica: "Nuestros destructores se 'desintegrarán' si son enviados a Oriente Medio"
Responsables de la Marina Real británica han indicado al Comité de Defensa del Reino Unido que la flota de seis buques de guerra Tipo 45, cada uno de los cuales cuesta 1.000 millones de libras esterlinas (unos 1.455 millones de dólares), se 'desintegra' y es propensa a sufrir fallos en el motor en las aguas cálidas del Golfo, informa 'The Guardian'.
Concretamente, esto se debe a que las turbinas de gas Rolls-Royce WR-21 de estos destructores no son capaces de funcionar a la velocidad necesaria en aguas cálidas y el motor no logra generar la suficiente energía. El sistema no reconoce este fallo y sigue exigiendo más potencia, haciendo que los generadores de la nave continúen avanzando, lo que provoca una falla eléctrica total.
Por su parte, los ejecutivos de Rolls-Royce han declarado que los motores instalados en los destructores Tipo 45 han sido construidos tal y como se había especificado, pero que las condiciones existentes en Oriente Medio no estaban "figuraban entre estas especificaciones".
No podemos tener buques de guerra que no funcionen si el agua está más caliente que en el puerto de Portsmouth
"No podemos tener buques de guerra que no funcionen si el agua está más caliente que en el puerto de Portsmouth", ha declarado una fuente ministerial a 'Daily Record'. Esta falla hace aumentar los temores de que los principales activos navales del Reino Unido —diseñados para proteger al resto de la flota de ataques aéreos o de misiles— se hayan convertido en objetivos fáciles.
El problema, que el Ministerio de Defensa británico en un primer momento calificó de "dificultad inicial", se hizo evidente por primera vez cuando el HMS Daring (Tipo 45) perdió potencia en medio del Atlántico en el año 2010 y tuvo que ser reparado en Canadá. El buque, construido por BAE Systems, necesitó ser reparado de nuevo en Baréin en 2012 después de otra falla en el motor. Las primeras señales de alarma surgieron en 2009, cuando el Comité de Defensa británico advirtió que "el exceso de optimismo persistente y la subestimación de los desafíos técnicos combinados con arreglos comerciales inapropiados" daría lugar a un aumento de los costos.