Miguel Leiva, uno de los supervivientes de la masacre en el club gay Pulse de la ciudad de Orlando, en Florida, grabó un video mientras permaneció escondido en el baño del local con unas veinte o treinta personas más. Allí estuvieron ocultos durante cuatro horas, pese a que el atacante exigía que salieran, amenazándolos con matarlos.
Según el autor del video, la mitad de los que se ocultaron en el baño no sobrevivieron el ataque, mientras que él resultó herido de bala. El atacante logró entrar en los aseos en los últimos momentos del ataque, antes de que fuera abatido por los agentes de seguridad.
Leiva envió este video a su novia para que supiera que aún estaba vivo.
"Nada más estuvimos allí quietos, y todo el mundo tenía sus teléfonos llamando", recuerda, explicando que "la única manera que supimos de hacer a nuestras familias saber que estábamos bien fue grabarlo todo para dejarles escuchar que estábamos intentando a permanecer en silencio y enviar el video", explica el superviviente, citado por el diario 'Daily News'.