Entre los años 2013 y 2016 al menos 36 personas identificadas abiertamente con el chavismo han sido víctimas de asesinatos selectivos en varias regiones de Venezuela, según se desprende de una investigación de la página Con el Mazo Dando.
Se trata de un informe titulado 'Chavismo: el blanco de la muerte por encargo', en el que se muestra no solo el número de muertos sino los lugares y los móviles de cada asesinato, todos atribuidos a sectores extremistas de la oposición política, según los autores del reporte.
Siempre son actos muy crueles y siempre están dirigidos contra personas inocentes pero que tienen una alta ascendencia emocional en la sociedad, con lo cual no precisan de una gran operación de exterminio del adversario, ya que golpeando de forma estratégica consiguen el mismo efecto
"Aunado a esos móviles inducidos por la ultraderecha, también se encuentran los homicidios a escoltas de dirigentes revolucionarios bajo la simulación de un robo o un hecho violento". Esta es una perversa estrategia que, exaltada por medios locales e internacionales, sirven para calificar al país como inseguro.
Según el sitio web, en el período señalado se cuentan los asesinatos de cinco funcionarios públicos (dos diputados, dos concejales y un alcalde); seis líderes comunitarios (incluye un dirigente estudiantil universitario); ocho militares (de varios rangos y detectives de inteligencia); 16 escoltas de altísimas personalidades del Gobierno y el caso emblemático del periodista Ricardo Durán.
Motivación política
El ministro venezolano para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Gustavo González López, aseguró recientemente que algunos hechos violentos registrados en Venezuela forman parte de una escalada de acciones paramilitares que persiguen obtener saldos políticos, informó la estatal Venezolana de Televisión.
"Son hechos que buscan generar terror (…) estamos ante acontecimientos abominables, pues las pesquisas nos llevan a esa conclusión. El grado de ensañamiento ulterior con las víctimas del delito va más allá de un simple robo y no buscan intereses personales", apuntó el ministro.
Y es que la violencia es apenas uno de los elementos de un plan mayor, analizó el vicepresidente de Venezuela, Aristóbulo Istúriz: "Los asesinatos selectivos de líderes revolucionarios, la inseguridad inducida, la guerra económica, los bachaqueros, el ataque contra la moneda y el decreto estadounidense contra Venezuela son productos de una alianza entre las fuerzas del narcotráfico, paramilitares, pranes [capos], delincuentes y la derecha nacional e internacional, con la finalidad de debilitar a la Revolución Bolivariana y buscar un estallido social", reseñó el diario 'Correo del Orinoco'.
Objetivo: conmoción
Para el analista político Alberto Aranguibel, el asesinato selectivo no se mide por la cantidad de víctimas, debido a que quienes lo ejecutan buscan causar una gran conmoción en la sociedad de forma precisa, apuntando a personalidades emblemáticas. Siempre calculando la rentabilidad política.
Si en un momento determinado queda en evidencia que las víctimas responden a un solo sector político y, con ello, de dónde vienen los ataques, suelen apuntar en la otra dirección, ya que el objetivo causar alarma en la sociedad
"Siempre son actos muy crueles y siempre están dirigidos contra personas inocentes, pero que tienen una alta ascendencia emocional en la sociedad, con lo cual no precisan de una gran operación de exterminio del adversario, ya que golpeando de forma estratégica consiguen el mismo efecto", dijo en entrevista con RT.
Otro de los peligros de los asesinatos selectivos es que no discrimina el bando político al que dispara.
"Si en un momento determinado queda en evidencia que las víctimas responden a un solo sector político y, con ello, de dónde vienen los ataques, suelen apuntar en la otra dirección, ya que el objetivo causar alarma en la sociedad".
Esto hace recordar que el dirigente opositor Leopoldo López se entregó a la justicia venezolana cuando representantes del Gobierno presentaron pruebas de que sectores de la propia oposición planeaban su asesinato.
Aranguibel puntualiza un aspecto concreto: "Esta modalidad de crimen es una expresión que se presenta, sobre todo, en sociedades donde los sectores que lo impulsan están signados por la cobardía. Son personas que evaden la confrontación directa, son los más cobardes de la sociedad".
Ernesto J. Navarro