Esta jornada de reflexión supone el único respiro entre la campaña y las votaciones, una campaña en la que los partidos han estado prácticamente inmersos durante ocho meses, desde antes de la celebración de los anteriores comicios del 20 de diciembre.
Es la primera vez que España se encuentra en esta situación. Estos son sin duda unos comicios singulares. Un gobierno en funciones, la falta de acuerdos y la disolución de las Cortes llevaron al país de vuelta al punto de partida. Nuevas elecciones generales.
Una gran catástrofe, todos los líderes políticos han mostrado su ineficacia
España reinició la maquinaria electoral con el objetivo de poner fin a una situación inédita como insostenible. Con un electorado harto de descalificaciones, personalismos, saturación de debates y programas, se hacía más necesaria una campaña corta y centrada en propuestas. El propio Felipe VI supo entender el hastío ciudadano y propuso austeridad, sencillez y a pie de calle.
"La ciudadanía está bastante cansada y un poco desilusionada, como consecuencia de los últimos seis meses, ya que no se ha podido formar un gobierno", explicó el director de investigación y análisis de Sigma Dos, José Miguel de Elías.
No obstante, el experto subrayó que pese a la decepción por las recientes políticas, la población irá a votar y "el porcentaje de la participación estará por encima de 70%".
Los partidos no siguieron las premisas reales y el Estado desembolsó unos 170 millones euros para convocar a la población a las urnas. 130 millones derivados de la organización: correos, voto a distancia y envíos de los partidos.
Además, el dinero es asignado para el escrutinio y difusión de los datos, logística, papeletas, locales, campañas de difusión y despliegue de las Fuerzas de Seguridad de Estado. Y el resto corresponde a la subvención de los partidos. Mientras tanto, el país podría destinar ese dinero a ámbitos que han sufrido el impacto de los recortes.
La exmilitante del PSOE, Beatriz Talegón, considera que la situación actual es "una gran catástrofe, todos los líderes políticos han mostrado su ineficacia. Han demostrado un gran derroche de dinero público, no solo durante estos cuatros meses de legislatura, que no sirvieron para nada, sino por la repetición de las elecciones, que han costado más de 170 millones de euros al pueblo español".
"Es muy probable que los resultados vayan a ser los mismos. Y no contamos en la legislación española con ninguna medida que pueda desbloquear esta situación. Por lo tanto, desgraciadamente, todavía podríamos encontrarnos con unas terceras elecciones, en las mismas circunstancias", concluyó.
Es muy probable que los resultados vayan a ser los mismos
La sensación es la misma entre el electorado. Los intereses de la clase política y las agendas de los partidos se imponen a las necesidades de la población. Las formaciones no realizan consultas ciudadanas y el país necesita un Gobierno cuanto antes que afronte problemas reales como la economía doméstica.
La decepción pasa factura, el votante ya cumplió con su examen en diciembre por lo que se antoja difícil convencerle de nuevo. El Ejecutivo sufre un intenso desgaste y la abstención puede ser protagonista. Las encuestas, con poca influencia en el voto según los expertos, no auguran un resultado definitivo. Un claro ejemplo de la distancia que separa a los partidos de los ciudadanos.
Y no contamos en la legislación española con ninguna medida que pueda desbloquear esta situación
Pero un país donde parece que ya no cala el mensaje político, estas elecciones podrían ser momento para los indecisos. En España hay un tercio según las encuestas, aunque los expertos dicen que no cambiaría tanto el panorama. Pero en una situación insólita y en unas elecciones como estas, todo puede suceder. Podrán ellos marcar estas elecciones, en unas horas lo sabremos.