En 1885 el autor James B. Ward publicó unas instrucciones que supuestamente conducen a un tesoro enterrado entre 1819 y 1821 cerca del condado de Bedford, Virginia (EE.UU.). En los cuadernos publicados estaba incluido un cifrado y, según se afirmó por entonces, quien lograra descifrar el texto llegaría a un tesoro escondido de oro, plata y joyas.
Según relata Gizmodo, a principios del siglo XIX, el aventurero Thomas Jefferson Beale lideraba un grupo de 30 hombres que se dedicaban a la caza de búfalos, cuando encontraron una mina con grandes cantidades de oro y plata ―que probablemente está situada en el estado de Colorado― y empezaron a excavarla. Beale supuestamente transportó el tesoro a Virginia y lo enterró en el condado de Bedford. Luego escribió tres mensajes encriptados, uno de los cuales indicaba la localización del tesoro, el segundo hablaba del contenido, y el tercero indicaba quiénes eran los propietarios.
Beale desapareció después de entregar las notas a un hombre de confianza llamado Robert Morris. Según las instrucciones de Beale, este no podía abrir la caja con las notas hasta que regrese el autor del cifrado en el transcurso de los próximos 10 años. Pasados 23 años, Beale no apareció ni le envió a Morris la clave que le había prometido. Sin lograr descifrarlo, Morris dejó los papeles a un amigo, cuyo nombre se desconoce, quien durante 20 años intentó descifrar los criptogramas. Morris resolvió por fin el segundo de ellos que habla sobre el contenido del tesoro. Para lograrlo, utilizó como clave una copia de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
El sistema de cifrado era una secuencia de alrededor de 800 números en cada uno de los tres textos. El anónimo sustituyó los números del segundo texto por la primera letra de las palabras que aparecen en la Declaración. La nota descifrada decía lo siguiente:
"He depositado en el condado de Bedford, a unas cuatro millas de Buford, en el interior de una bóveda y seis pies bajo tierra, los siguientes artículos que a su vez pertenecen a las partes cuyos nombres figuran en el texto adjunto número 3:
El primer depósito consiste en 1.014 libras de oro y 3.812 libras de plata, todo ello depositado en noviembre de 1819. El segundo se hizo en diciembre de 1821 y constaba de 1.907 libras de oro y 1288 de plata, además de joyas obtenidas en St. Louis por un valor de 13.000 dólares.
Todo ello está empaquetado de forma segura en una cubierta de hierro. El texto número 1 describe la localización exacta de la cámara subterránea de manera que, de descifrarla, no debería existir ningún problema para encontrarla".
Mientras tanto, aún no han sido descifradas las dos notas restantes, pese a los significativos avances de la criptografía moderna, por lo que muchos ponen en duda la existencia del tesoro y del propio Beale, publica Gizmodo. Existe también la hipótesis de que James B. Ward en realidad publicó una estafa, ya que vendía folletos con el supuesto secreto cifrado del tesoro por 50 centavos de dólar por copia. Mientras tanto, el valor en la actualidad del supuesto tesoro superaría los 60 millones de dólares.