Este 27 de junio, alrededor de 300 agentes de policía de Río de Janeiro tomaron la segunda ciudad más grande de Brasil vestidos de negro para denunciar lo que consideran un abandono por parte del Gobierno regional.
Desde hace varios meses, los oficiales sufren retrasos en el pago de sus salarios, así como un desabastecimiento en el equipamiento básico necesario para el cumplimiento de sus funciones, desde la escasez de combustible para vehículos y de material de oficina hasta la falta de elementos básicos de higiene.
"En la Policía escasea el papel y la tinta para las impresoras [...] incluso el papel higiénico", denunció a la agencia AFP un oficial de 35 años que se identificó como Andrés.
Estas protestas se enmarcan en una situación de estallido social ante una severa crisis económica y el desvío de fondos federales para la financiación de los Juegos Olímpicos de Río 2016, que comienzan el próximo 7 agosto.
El aumento de recursos destinados a este evento deportivo se realiza "en claro detrimento" de algunos servicios públicos como la seguridad —con recortes de hasta 30 % en su presupuesto—, la sanidad o la educación.
En respuesta a estas protestas, el vicegobernador de Río de Janeiro, Francisco Dornelles, afirmó al O Globo que, a petición de las autoridades regionales, el Ejecutivo central aprobó una ayuda presupuestaria de emergencia de 2.900 millones de reales, alrededor de 850 millones de dólares.
Con un salario base de 15.000 dólares al año y graves deficiencias en su equipamiento, la Policía lucha contra grupos de narcotraficantes fuertemente armados, lo que produce un evidente aumento del riesgo en sus enfrentamientos. En lo que va de año, 52 oficiales brasileños han perdido sus vidas en actos de servicio, en comparación con los 85 fallecimientos acaecidos en todo 2015.
Las concentraciones de los policías se producen en lugares clave para informar a los turistas sobre su situación. Este lunes, en el aeropuerto de Río se pudieron leer varias de sus pancartas, con mensajes como 'Bienvenidos al infierno' o 'La prioridad de la Policía es la gente, la prioridad del Gobierno son los Juegos Olímpicos', en consonancia con otras pintadas que han aparecido sobre los puentes de la autopista, como 'Welcome, we don't have hospitals!' (¡Bienvenidos, no tenemos hospitales!, en inglés).
Dornelles también asumió que el objetivo principal del Gobierno regional de Río es lograr que la organización de los JJ.OO. sea un éxito, incluida la mejora de los servicios públicos. Sin embargo, este político estima que necesitan un mayor apoyo del Gobierno central, en especial para abrir nuevas estaciones de metro en los barrios periféricos, porque "sin seguridad y sin metro habrá nuevos problemas".