Un grupo de científicos ha descubierto ópalo en un meteorito hallado en la Antártida y el hallazgo de este mineraloide podría arrojar más luz sobre el origen del agua en la Tierra.
Fragmentos de este mineral formado por sílice fueron encontrados en el meteorito EET 83309, que es un conglomerado de miles de piezas de roca y minerales. Se cree que este cuerpo deleste procede de un asteroide que que recibía radicación de manera regular de otros asteroides y, posiblemente, cometas.
"Nuestro análisis indicó que el ópalo se formó antes de que el meteorito fuera arrancado de la superficie de un asteroide matriz y enviado al espacio, para aterrizar después en la Antártida", contó la profesora Hilary Downes, del Colegio de Birkbeck en Londres (Reino Unido), quien lidera el grupo científico.
Lo curioso del descubrimiento es que este mineraloide necesita agua para formarse. En la Tierra, el agua que recorre la superficie recoge arena y sílice, luego queda atrapada en grietas y, tras millones de años, cuando el agua se evapora y la sílice se solidifica emergen ópalos brillantes, que contienen entre un 3 % y un 21 % de agua.
"Es una prueba más de que los meteoritos y asteroides pueden llevar grandes cantidades de agua helada", explicó Downes, citada por el portal de la Real Sociedad Astronómica.
"Es probable que hace miles de millones de años llevaran agua a la Tierra y ayudaran a crear el mundo lleno de vida en el que vivimos hoy", agregó la científica.