El Ministerio de Defensa de Rusia planea adquirir varios radares Podsólnuj (que se traduce como 'Girasol' al español) el año que viene para instalarlos en el Ártico, así como en las fronteras del país al sur y al oeste, informa Interfax. El potente radar ruso es capaz de detectar hasta 300 objetos marítimos y 100 aeronaves, determinando sus coordenadas a una distancia de 500 kilómetros, y emitir señales a los sistemas antiaéreos.
Este tipo de radares tiene otra ventaja importante. En el diapasón de ondas cortas son capaces de detectar aviones de combate sigilosos "de manera tan precisa como si fueran aviones de la Segunda Guerra Mundial", según observó Svobódnaya Pressa, refiriéndose a las modernas aeronaves creadas con el fin de evitar ser detectadas por los radares, como los cazas polivalentes F-35.
Los Podsólnuj pueden ser desplegados en 10 días y requieren de solo tres personas para operarlos y ponerlos en funcionamiento. Además, no consumen mucha energía (200 kilovatios) y son fáciles de manejar. Para proporcionar una cobertura completa, tienen que ser instalados a una distancia de 370 kilómetros uno del otro. Actualmente tres radares Podsólnuj, ubicados en el mar de Ojotsk, en el mar del Japón y en el mar Caspio, vigilan la seguridad de Rusia.