Derecha venezolana trata de sacar partido del acercamiento entre Colombia y Venezuela
A poco menos de una semana de que Colombia y Venezuela retomaran las conversaciones de alto nivel para reabrir la frontera, factores de la oposición venezolana protagonizan acciones para azuzar las tensiones en la costura invisible de 2.219 kilómetros que une a ambas naciones.
El martes, varios centenares de mujeres vestidas de blanco cruzaron la frontera desde el estado Táchira (Venezuela) hasta Cúcuta (Colombia) para "comprar alimentos". La movilización fue de inmediato usada como bandera política por la oposición venezolana para acusar al gobierno del presidente Nicolás Maduro de que en el país hay una supuesta "crisis humanitaria".
La diputada opositora de Acción Democrática (AD), Laidy Gómez, señalada de organizar la manifestación, escribió en su cuenta de Twitter: "hoy la Frontera Táchira #Capachos #Ureña salieron sin miedo por #Comida".
Llegaron a comprar los mismos productos que se fabrican en Venezuela y se comercializan de manera ilegal en la ciudad (Cúcuta)
Diario 'La Opinión'
Aunque el paso peatonal está permitido, es la primera vez que se hace una protesta de esta naturaleza en los más de diez meses del cierre, lo que hace presumir que la motivación es política porque antecedió la visita que este jueves realiza la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, a los departamentos fronterizos, cuyos alcaldes se han manifestado dispuestos a colaborar para que se reabra la zona limítrofe.
Mucho ruido y pocas bolsas
"En Cúcuta encontramos de todo", dijo una de las mujeres que no fue identificadas, en un video publicado en el portal web del diario 'La Opinión'.
Sin embargo, las féminas que cruzaron a pie hasta los comercios de Cúcuta regresaron a Táchira con una "compra pequeña", reseña el mismo diario. La razón principal es que, a pesar de la nutrida oferta en el vecino país, los productos de primera necesidad no están subsidiados como en Venezuela.
Por otra parte, el diferencial cambiario no favorece a los venezolanos. En Cúcuta, un peso se cotiza en casi 300 bolívares. En los últimos años, la capital del Norte de Santander ha levantado su economía con el contrabando de productos extraídos de Venezuela a precios subsidiados y revendidos en Colombia, así como con negocios que -al margen de la legalidad- depreciaron la moneda nacional frente al dólar y generaron un indicador artificial denominado 'dólar-Cúcuta'.
Contrabando continúa
Según refiere La Opinión, algunas de las mujeres que cruzaron hacia Colombia "llegaron a comprar los mismos productos que se fabrican en Venezuela y se comercializan de manera ilegal en la ciudad (Cúcuta)". Porque el contrabando, aunque ha mermado con la restricción del paso fronterizo, continúa.
Antes del cierre de la frontera, cifras del ministerio de Petróleo y Minería referían que de los 350.000 barriles diarios de combustible que produce Venezuela, unos 100.000 iban a parar a la frontera. Es decir, 35% de la producción nacional que, en medio de la crisis del mercado petrolero, se traducían en la fuga de 1,4 millones de dólares anuales.
La situación era similar en el sector alimentos y medicinas, tal como se evidencia en una crónica del diario Panorama. Uno de los fenómenos más reveladores de ese fenómenos fue que, tras el cierre fronterizo, disminuyó a 92% la compra de medicamentos en el estado Táchira, refiere AVN.
Un reportaje publicado en la revista 'Semana' sobre el contrabando de medicamentos destaca que mientras Venezuela emprendió un camino para regular el costo de algunos fármacos, en Colombia ocurrió un proceso inverso: se fueron desmontando los controles.
La falta de regulación y control del Estado, refiere 'Semana', hizo que el sistema de salud en Colombia no solo "llegara al borde de la quiebra, sino que hasta el año pasado, los colombianos pagaban más caro por la mayoría de medicamentos que otros latinoamericanos". La diferencia entre un país y otro, es ideal para que persista el contrabando de extracción.
Superar la dependencia
La complicada situación ha sido reconocida por las autoridades de ambos países como un problema a superar en la cooperación binacional. Sin embargo, el cierre de la frontera en agosto del año pasado evidenció aún más la dependencia de Venezuela que tienen los municipios fronterizos de Colombia, y obligó al gobierno del Presidente Juan Manuel Santos a tomar medidas para integrar esos territorios a su propio país.
En una comparecencia en el Congreso, el año pasado después del 'impasse', la canciller colombiana fue tajante: "Hay que tomar esas medidas que necesitamos de una vez por todas para que los colombianos vivamos en Colombia, integrados a Colombia y no sigamos dependiendo de Venezuela", citada por 'El Universal'.
Por otro lado, la crisis económica venezolana, agravada por la caída sostenida de los precios del petróleo y el silencioso bloqueo financiero internacional, es azuzada por la derecha nacional y se convierte en su principal argumento para presionar la salida del Presidente Nicolás Maduro, quien ha optado por ejercer medidas para normalizar el aparato productivo y restablecer el orden en las fronteras.
El reto de Venezuela
Aunque uno de los argumentos para el cierre de la frontera con Colombia fue el freno al contrabando de extracción para mitigar la escasez, en Venezuela ha aumentado el comercio ilegal de productos de primera necesidad, lo que se traduce en una inflación galopante que lesiona ostensiblemente la economía familiar.
El gobernador del Táchira, José Vielma Mora, ha insistido en que se reabra el paso entre ambos países para establecer una nueva zona comercial, siempre que se fijen normas de juego claras que permitan un intercambio transparente y beneficioso para ambas partes.
El acercamiento entre Caracas y Bogotá ha sido sigiloso pero apunta al restablecimiento de la cooperación fronteriza para frenar flagelos como el contrabando de extracción, el narcotráfico y el paramilitarismo, e intentar saldar la histórica deuda pendiente de un área limítrofe más segura.
Nazareth Balbás