Armas de engaño masivo: El informe Chilcot revela cómo España mintió sobre Irak
Mariano Rajoy ha eludido hacer declaraciones sobre las conclusiones del Informe Chilcot, que indican que la guerra contra Irak no estaba justificada y que acusan al gobierno de Jose María Aznar -del que Rajoy formaba parte- de participar junto con el gobierno británico en una estrategia de comunicación conjunta "que mostrara que ellos estaban haciendo todo lo posible para impedir la guerra", según figura literalmente en el citado informe. Rajoy ha admitido hoy que no ha leído el informe y ha añadido, para justificar su silencio, que la invasión de Irak "ocurrió hace 13 años", según 'eldiario.es'.
En aquel tiempo al que se refiere Rajoy, durante los meses previos a la invasión, Aznar afirmaba insistentemente que el régimen de Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva, esgrimiendo esta falsa información como argumento para justificar su participación en la guerra.
Lo cierto es que la reciente publicación del Informe Chilcot ha revolucionado el panorama político internacional a raíz de sus contundentes afirmaciones, que ponen evidencia la pésima gestión llevada a cabo por los países invasores, y sobre todo, la escaso fundamento que tenía esa operación militar, injustificable desde varios puntos de vista. Para la realización del informe se han consultado más de 150.000 documentos gubernamentales y se ha contado con la participación de 150 testigos.
El documento, que se centra sobre todo en juzgar la participación del Reino Unido en ese conflicto, trata de responder principalmente a dos preguntas: "¿Era correcto y necesario invadir Irak en 2003?" y "¿Debió el Reino Unido prepararse mejor para lo que sucedió después?"
Las conclusiones al respecto son claras. Según el informe: "Los juicios sobre la severidad de la amenaza de posesión de armas de destrucción masiva por parte de Irak fueron presentados con una certeza que no estaba justificada". Por lo que a juicio de los autores del informe, "la invasión de Irak se basó en información de inteligencia defectuosa".
El informe carga también contra las desastrosas consecuencias de esa guerra, y afirma que no se tuvieron en cuenta realmente. En un comunicado emitido al día siguiente de la publicación del informe, su autor, Sir John Chilcot, indica que "a pesar de las explícitas advertencias, las consecuencias de la invasión fueron subestimadas. La planificación y la preparación para Irak después de Saddam Hussein fueron totalmente inadecuadas.
Sobre la participación de España
Como ya hemos señalado, el informe cuestiona la sinceridad con que el Reino Unido y España explicaron su apoyo a la invasión, que se escenificó en la famosa Cumbre de las Azores, a la que acudieron Jose Manuel Durao Barroso, José María Aznar, George W. Bush y Tony Blair. En el Informe Chilcot se afirma rotundamente que, de cara al público, trataron de aparentar que hacían todo lo posible para no ir a la guerra, mediante una campaña de comunicación elaborada con esa intención explícita. En España, esa campaña se combinó con las mencionadas afirmaciones constantes de Aznar sobre la existencia de armas de destrucción masiva.
En una entrevista reciente con una emisora de radio local, Federico Trillo, que era ministro de Defensa en la época de la invasión y actualmente ocupa el cargo de embajador de España en el Reino Unido, ha asegurado que el gobierno de entonces no ocultó ni manipuló información sobre la guerra de Irak, aunque se ve forzado a admitir que la información que recibieron sobre la existencia de armas de destrucción masiva en el territorio controlado por Sadam Hussein "ni era completa ni era verdadera".
Como hemos indicado, el actual gobierno en funciones, presidido por Mariano Rajoy, no se ha pronunciado acerca del contenido del informe Chilcot, que admiten no haber leído todavía.
David Romero