"No se miden las consecuencias": Temer quiere privatizar los principales aeropuertos de Brasil

Temer quiere privatizar los aeropuertos de Santos Dumont (Río de Janeiro) y Congonhas (São Paulo), entre los cuales se sitúa la ruta área de mayor circulación de Brasil. Además, el plan del presidente provisional incluye la privatización de las terminales de Porto Alegre, Florianópolis, Salvador y Fortaleza. Estos seis aeropuertos concentran el 45% del tráfico aéreo brasileño. Lo ha anunciado en una entrevista a 'Folha de Sao Paulo'.

Tras admitir que el proyecto carecía de apoyos durante el mandato de Dilma Rousseff, Temer afirmó que ahora "no hay resistencias en el área económica". "Tampoco hay mías", insistió.

Con la iniciativa, las autoridades brasileñas pretenden llegar al objetivo de fijar el déficit fiscal no supere los 139.000 millones de reales. Sin embargo, en caso de no lograrlo Temer no descartó subir impuestos. "Mi deseo es que no aumenten, pero si hay necesidad, no voy a tener otra cosa que hacer", sostuvo el presidente provisional.

Para el presidente, que asumió el poder tras el golpe de Estado contra Rousseff, la venta de Santos Dumont y Congonhas permitirá "abatir el déficit fiscal". El mandatario aseguró que se realizará una lista de todo lo que pretende privatizar pero aclaró que no se incluirá a la estatal petrolera Petrobras porque tiene un "simbolismo muy grande".

Posibles consecuencias

Sindicatos y organizaciones civiles han criticado la política de privatizaciones del Gobierno interino al tiempo que reclaman que este tipo de medidas sean consultadas con la población. Sobre todo porque Temer no fue elegido en las urnas y el voto popular no avaló estas iniciativas.

El ministro interino de Hacienda, Henrique Meirelles, declaró que la privatización de empresas públicas figura entre los planes del Gobierno para aumentar los ingresos. "Tendremos privatizaciones, concesiones, ventas, bursatilizaciones, que llegarán de cualquier manera", afirmó.

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Citado por el portal uruguayo La Diaria, el excanciller Celso Amorim, del Partido de los Trabajadores, advirtió que se pretenden privatizar "áreas estratégicas sin medir las consecuencias" para Brasil. Para el político y diplomático estas privatizaciones pueden llevar a que Brasil "pierda autonomía en su política exterior y a que los brasileños pierdan el acceso a algunos de los servicios públicos con los que hoy cuentan".

Reforma liberal

Otro de los proyectos que impulsa Temer apunta a reformar el sistema previsional y de jubilaciones. En ese sentido en la entrevista con 'Folha de Sao Paulo' aseguró estar a favor de "la edad de 65 años, que, por cierto, ya está en la Constitución, para los hombres". Pero planteó que es necesario un "equilibrio entre hombres y mujeres" con "una pequeña diferencia. Dos o tres años. Hoy en día es de cinco años".

Este proyecto se inscribe en reformas liberales planteadas a nivel continental y mundial que buscan reducir "el costo" que implica mantener a las personas de la tercera edad.

"El tema de la Seguridad Social siempre es visto como algo impopular. Pero hoy no", explicó el presidente provisional, que añadió que "se dice que el 65% de la población está a favor de la reforma de pensiones" hasta el límite de edad.

Sin proyecto

João Pedro Stedile, dirigente del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil analizó la situación actual del gobierno golpista a dos meses de haber asumido. "La clase dominante no tiene un proyecto de país", aseguró. "Es apenas una tentativa de aplicar rápidamente medidas de interés de una fracción de la clase capitalista, que está dividida entre tres núcleos de dirección política", constató.

Stedile enumeró a estos últimos: el primer núcleo es el poder económico "hegemonizado por el capital financiero y por las empresas trasnacionales, quiere aplicar la receta neoliberal"; el segundo, "lumpen burgués, es formado por los legisladores de los partidos conservadores", liderado por Michel Temer (presidente interino) y Eduardo Cunha (expresidente de la Cámara de Diputados) y se mueve "por intereses mezquinos e individualistas".

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Finalmente, hay un tercer núcleo que "actúa por motivación ideológica y también tiene vínculos internacionales". Allí están la Red Globo, el juez Sérgio Moro, el Ministerio Público Federal y la Policía Federal.

Para Stedile la crisis económica que atraviesa el país y esta ausencia de proyecto llevaron a estos sectores a buscar una salida mediante el golpe de Estado contra Rousseff. Desde entonces su objetivo principal ha sido "recomponer la tasa de lucro y el proceso de acumulación concentrada de la riqueza en Brasil, a favor de los bancos y de las grandes empresas trasnacionales".

Buscando una alternativa

"Los movimientos populares, reunidos en el Frente Brasil Popular hemos defendido sistemáticamente que el primer paso sea garantizar el respeto a la democracia", explicó el dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra. Y agregó que eso significa que Rousseff reasuma la presidencia, "pero que publique inmediatamente una carta de compromiso con el nuevo programa, que defienda las necesidades del pueblo y de la soberanía nacional".

Además, defendió Stédile, habrá que impulsar "una reforma política" para reconstruir y "democratizar el sistema electoral brasileño". No obstante, "como el actual Congreso no quiere ni tiene moral para aprobar los proyectos de reforma política que duermen en sus cajones, la única salida sería convocar vía plebiscito una asamblea constituyente exclusiva para hacer rápidamente la reforma política, antes de las elecciones de 2018".

Para lograr todo esto, el dirigente del MST enfatizó la necesidad de lanzar "un nuevo proyecto popular para Brasil a partir de un amplio debate de ideas con todo los sectores de la sociedad brasileña". "Aunque eso lleve tiempo, es el único camino para salir verdaderamente de la crisis", aseveró.