La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México reveló que el estudiante normalista de Ayotzinapa, Julio César Mondragón, murió a causa de un traumatismo craneoencefálico y no por disparo de arma de fuego, como ha sido señalado por sus familiares.
A través de un informe presentado por la organización de derechos humanos del país, también se dio a conocer que el rostro del joven normalista fue desollado por la fauna del lugar y no por acción humana.
El estudiante sufrió 64 fracturas en 40 huesos
El director de la oficina especial del caso Iguala, José Larrieta dijo que la comisión ha realizado una investigación en torno al caso y han determinado que el estudiante de Ayotzinapa sufrió 64 fracturas en 40 huesos de cráneo, cara, tórax y columna vertebral, además de que el normalista realizó maniobras de defensa contra sus atacantes, informó la comisión.
"La ausencia de piel en rostro y cuello del cadáver de Julio César Mondragón fue por intrusión de fauna depredadora; no hubo acción humana (...) Con la segunda necropsia se corroboró que no existió proyectil de arma de fuego que causara la muerte”, dijo.
Cabe destacar que este informe no está incluido en los peritajes oficiales ni en los análisis del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ni del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Cabe señalar el Grupo Interdisciplinario de Especialistas Independientes (GIEI) pidió un peritaje independiente que examinara las autopsias realizadas a Julio César Mondragón Fontes y otros de sus compañeros.
Causa de muerte de Julio César Mondragón fue traumatismo cráneo encefálico y no disparo de arma de fuego en cabeza. #casoIguala#cndh— CNDH en México (@CNDH) 11 de julio de 2016
En la versión oficial del gobierno mexicano se explica que el estudio realizado por el médico forense Dr. Francisco Etxeberría, de la universidad del País Vasco, muestra que en la autopsia de Julio César Mondragón no se evaluaron ciertas lesiones que aparecen en el informe original de autopsia y en las fotografías proporcionadas.
Además se hace un llamado a realizar una nueva posible autopsia para analizar la causa y valoración de las fracturas craneales, otras fracturas no descritas, así como las huellas en los huesos de la cara de posibles artefactos o de caninos que dejan señales características.
El texto señala que Julio César Mondragón fue asesinado entre las 00:45 y 02:45 horas del 27 de junio del 2014 y en su tortura y homicidio participaron al menos 11 personas miembros de "Guerreros Unidos" y de la Policía de Iguala.
Tras presentar el informe, la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar hechos que ha evidenciado respecto a la privación de la vida del estudiante normalista.
La CNDH formuló ocho observaciones en torno al caso, cuatro a la PGR, tres a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y una a la Fiscalía General de Guerrero.
José Larrieta Carrasco afirmó que se detectaron imprecisiones en los informes sobre el hallazgo del cuerpo, pues una primera línea de investigación indicó que un trabajador del Centro de Comando de Iguala recibió una llamada el 27 de septiembre de 2014 sobre un joven desmayado en la colonia Industrial de Iguala, sin referir la hora del reporte. Sin embargo, otra versión apuntaba la presencia de una persona en las canchas de futbol, detrás de una empresa refresquera.
El informe refiere que el cuerpo del normalista se encontró boca arriba sobre una calle de terracería, sin piel en el rostro; la sangre estaba seca y sólo tenía un ojo. Además señala que las lesiones de la víctima, en cabeza y cuello, fueron por un agente de tipo cortante y que la causa de muerte se determinaría en la necropsia.