El escenario aún es turbio, pero las piezas van así: Venezuela debería recibir en los próximos días la presidencia pro tempore del Mercosur, un traspaso reglamentario al que se oponen Paraguay y Brasil, y que pone sobre la mesa la siguiente pregunta: ¿está en riesgo la membresía del país caribeño en el bloque?
Para el diplomático venezolano, Roger Capella, el escenario es poco probable. El ex embajador de Caracas en Buenos Aires, y uno de los principales impulsores del ingreso de Venezuela al bloque comercial, recalcó que la diplomacia caribeña ha sabido manejar este tipo de dificultades sin tensar la cuerda hasta la confrontación.
"Yo soy un optimista, tal vez un optimista enfermizo", dice Capella en declaraciones a RT. Las razones que esgrime para esa postura están en el resultado de las negociaciones que precedieron el ingreso de Venezuela a Mercosur en 2006.
En ese entonces, recuerda, "la incorporación de Venezuela fue una decisión política". Cuenta el diplomático que la primera vez que tuvo que plantear el proyecto ante la burocracia de la cancillería argentina, fueron más los peros que la disposición de colaborar para adherir a Caracas en la ecuación comercial.
Sin embargo, agrega: "Yo insistí en que se tratara (el ingreso) en términos políticos y, dos días después, el entonces canciller de Uruguay declaró públicamente que Venezuela debía incorporarse a Mercosur. Cuando vi eso, mandé una carta con dos o tres líneas de vuelta a la cancillería argentina".
Y la respuesta llegó. "Supe después que el propio presidente Néstor Kirchner reunió a su gente y les dijo: 'El ingreso de Venezuela es una decisión política'. Gracias a Kirchner es que estamos en Mercosur", destaca Capella.
Cambio de tablero
Pero el juego político hoy es diferente. Aunque Argentina no ha confrontado directamente a Venezuela en el Mercosur, las asperezas entre el gobierno del Presidente Nicolás Maduro y el mandatario de ese país, electo en diciembre, Mauricio Macri, son recientes. De hecho, el huésped de la Casa Rosada declaró la semana pasada que su país presidiría el bloque en los próximos seis meses, refiere una nota de La Nación.
La fricciones se extienden a Brasil. Luego del golpe parlamentario a Dilma Rousseff, la política exterior del gigante latinoamericano ha virado en contra de Venezuela y su representate diplomático ha respaldado la decisión de postergar hasta agosto el debate sobre el traspaso. El roce es mucho mayor con Paraguay.
Este lunes, a la salida de una reunión con representantes del bloque, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, acusó a los representantes de Brasil, José Serra; y de Paraguay, Eladio Loizaga, de "no dar la cara" en el encuentro para defender la unidad del Mercosur y bloquear el derecho de Caracas de asumir la presidencia protémpore.
En un contacto telefónico desde la capital uruguaya, Rodríguez declaró al canal del Estado: "Ellos (Serra y Loizaga) pretenden desconocer las normas fundacionales de Mercosur". La canciller recalcó que el traspaso de la presidencia no debe estar sujeto a ningún condicionamiento porque se trata de un procedimiento burocrático.
Proceso burocrático
"Cualquier cosa distinta (a la transferencia de la presidencia pro témpore) nos colocaría en la violación de los acuerdos constitutivos del Mercosur", dijo hoy la jefa de la diplomacia venezolana, quien adelantó que el traspaso de Uruguay se hará en los próximos días.
De acuerdo a los tratados de Asunción y Ouro Preto, las reglas establecidas para la transferencia de la presidencia pro tempore son: que transcurran seis meses y se efectúe por orden alfabético.
Minutos después de las declaraciones de Rodríguez, el canciller uruguayo, Rodolfo Nim Novoa, aseguró que aún falta "un cuarto intermedio" para decidir el traspaso porque "cada uno de los países está manteniendo su posición", refiere el diario El País.
Una fuente de la cancillería venezolana señaló que, en caso de que no se llegue a un acuerdo sobre el traspaso, el bloque quedaría sin presidencia protempore por seis meses. Ese escenario, claro, obligaría a Caracas a redefinir su participación en Mercosur porque se trataría de una suspensión de facto.
Ecuación completa
Capella sostiene que, pese a las dificultades en ciernes, "hay que recordar que Venezuela aporta lo que Mercosur no tiene, y es el componente energético".
Para el ex embajador, esa ventaja y la capacidad de Venezuela para discutir cualquier diferencia en el ámbito diplomático, "van a jugar a favor para que se dé un debate franco y fructífero (...) Las condiciones para que se asuma la presidencia están dadas".
"Con una buena negociación, todo es posible", finaliza. Por lo pronto, la decisión de los cancilleres del bloque se postergará hasta este jueves.