El FBI se enfrenta a las acusaciones de que el 'hackeo' y gestión de una página de pornografía infantil que desembocó en más de un centenar de arrestos en enero pasado fueron ilegales. La agencia estadounidense asegura que el programa que usó no puede calificarse de 'malware' porque estaba cargado de buenas intenciones.
"Una persona o sociedad razonable no interpretaría como 'maliciosas' las medidas tomadas por un agente de seguridad en cumplimiento de una orden judicial", afirmó un representante del FBI ante el tribunal, en declaraciones citadas por Gizmodo.
La polémica operación Playpen llevada a cabo en Internet profundo en 2015 permitió a la autoridades estadounidense detectar más de 1.300 pedófilos, 137 de los cuales ya han sido condenados.
El método usado por el FBI, introducir un 'malware' para obtener las direcciones IP de los usuarios del entonces mayor servicio web de esta especie, llevó a la agencia a ser acusada de espionaje por los propios arrestados.
Varios jueces ya han desestimado las pruebas obtenidas por el FBI de esta manera esgrimiendo la falta de los poderes necesarios.
Reacciones
El controvertido método empleado por el FBI para detener a los pedófilos ha despertado la polémica en la sociedad estadounidense. Elizabeth Joh, una profesora de derecho de la Universidad de California especializada en el estudio de las operaciones secretas, afirmó que "en algún momento las investigaciones del Gobierno se hacen indistinguibles de los crímenes".
El abogado de uno de los acusados, Colin Fieman, recriminó al FBI la estrategia empleada, escribe 'USA Today'. "Lo que hicieron es comparable a llenar un barrio de heroína para capturar a unos cuantos consumidores poco importantes", aseguró.