Viuda de un normalista de Ayotzinapa a RT: "Me decían que tenía que ver el lado bueno"
Enero del 2016. Marisa Mendoza Cacahuatzin se para firme junto a un féretro vacío ante la Procuraduría General de la República (PGR), el órgano encargado de la procuración de justicia en México. Exige el cuerpo de su compañero de vida, Julio César Mondragón.
Febrero del 2016. Marisa asiste al segundo entierro de su esposo. Aunque con ojos rojos y cansada, se la ve tranquila. El cuerpo de Julio César, cuya imagen con el rostro descarnado dio la vuelta a México, fue por fin enterrado.
Estas dos escenas ilustran la lucha que esta joven, egresada de la Normal de Panotla, Tlaxcala, escuela hermana de Ayotzinapa, hace desde que la noche del 26 de septiembre del 2014 la policía del municipio de Iguala, en el Estado sureño de Guerrero, realizó un ataque en conjunto con el Cartel de Guerreros Unidos contra estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos. Aquella noche cinco personas, Julio incluido, fueron asesinadas, mientras que 43 fueron objeto de desaparición forzada. Casi dos años después, los jóvenes siguen desaparecidos.
Aquella noche Julio César quedó tirado en un paraje. La verdad sobre lo que ocurrió con él, en particular con su rostro, es una de las piezas clave de Ayotzinapa. El cuerpo de Julio fue sometido a tres autopsias y fue enterrado dos veces. Durante más de tres meses permaneció en un congelador de la Procuraduría General de la República (PGR), debido a que fue exhumado en noviembre de 2015. Un grupo independiente, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), lo sometió a un peritaje alternativo al de las autoridades.
Marisa conoció a Julio César en una fiesta de aniversario de la Escuela Lázaro Cárdenas de Tenería, Estado de México. Se enamoraron y tuvieron a su pequeña hija Melissa. Julio César llevaba poco tiempo estudiando en Ayotzinapa. Ella y su abogada, Sayuri Herrera, reciben a RT en un centro de derechos humanos en la Ciudad de México. Hablamos, entre otros temas, sobre el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que concluye que el rostro del normalista fue devorado por fauna local, quizás por un perro.
- ¿Cómo han sido para ti estos casi dos años? ¿A qué retos te enfrentas?
- Ha sido una etapa muy difícil. La ausencia de Julio es tan fuerte, llegaba a mi casa y encontraba a Julio. El me ayudaba con los materiales que debía hacer, era buen dibujante. Este año volvieron a darme un primer grado en la escuela. Él tomaba un lápiz y dibujaba, y me entregaba el trabajo. Esa parte la necesito, la extraño, la pido. Sé que ya no va a ser. Me quedé con algunos dibujos que él me hizo. No soy la maestra perfecta, pero sí soy la maestra que en mi niñez me hubiera gustado tener, que me pudiera enseñar a leer y escribir. Mi mamá me enseñó. Antes se enfocaban con otro método y cuando mi hija tenga noción, le voy a enseñar con los dibujos de Julio".
- ¿Cuáles son sus puntos de vista y observaciones sobre el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)?
- Hicieron públicos los resultados en cuanto a las observaciones sobre Julio César. La intervención de la CNDH fue solicitada por la familia en la segunda reunión con Enrique Peña Nieto. Si no lo solicitábamos, no intervenían. El 4 de noviembre, cuando lo exhuman, intervinieron como observadores, no tocaron, no participaron, a veces sus peritos estaban lejos del lugar. No considero que al observar lleguen a estos resultados que publicaron.
La causa de la muerte fue traumatismo cráneoencefálico. Ahí coinciden PGR, CNDH y el equipo argentino. Las diferencias fueron en el rostro y el cuello: devorado por la fauna porque estaba cerca de un río. Se basan en bibliografía de otras instituciones. Steve Symes (antropólogo especialista en traumas que lleva más de 30 años descifrando huesos y restos) sospecha que hubo participación de un humano y que usó un arma punzocortante. Me basaría más en la carrera profesional que tiene él.
- ¿Cómo han actuado las autoridades desde el 26 de septiembre hasta hoy respecto al cuerpo de Julio y cómo se han portado con ustedes como familia?
- Desde un inicio trataron de criminalizar, decían que era un ajuste de cuentas, guerra de cárteles, pero era un estudiante de nuevo ingreso en la normal, estaba allá. El tiempo que no estaba en la Normal, estaba conmigo. Entregado el cuerpo, nos aislaron por el tema de los 43 desaparecidos. Deslindaron el tema de Julio César, también de Julio César Rodríguez Nava y Daniel Solís [los otros dos normalistas asesinados], el de los Avispones [equipo de fútbol que también sufrió el ataque]. No son temas aislados. Es un tema conjunto que se debe investigar en un solo expediente. Ha habido trabas burocráticas, en Iguala nos retrasaron citas. Cuando la exhumación los tratos no fueron tan gratos, las autoridades de Guerrero hacían comentarios que dolían.
- Pareciera que hay un tabú en torno al rostro de Julio, en saber qué pasó con él.
- La CNDH en alguna reunión me decía que la causa de muerte fue la fauna y agregaban: 'Ve el lado bueno, ya no lo van a criminalizar, ya van a decir que fue la fauna. Y no tuvo que ver con el crimen organizado'. ¿Por qué me lo dicen, para que no se sienta así, para revictimizarlo? La CNDH tienen su expediente, conclusiones e informe. Ya no se lo puede regresar. Ahora les queda que apoye la exigencia de justicia.
Respaldamos el resultado del EAAF. Ellos son los expertos. Está la sospecha de que pudo usarse un arma blanca en el rostro de Julio y esa sospecha es fuerte. El estado mexicano es el encargado de seguir investigando. No todo está dado como el informe de CNDH. Esa sospecha abre otra puerta para seguir investigando.
Marisa nos proporciona el informe del EAAF con tres mandados de la familia: confirmar la identificación de los restos, identificar la causa de la muerte y si hubo tortura en el cuerpo. El informe, menos extenso que el de la CNDH, destaca, al igual que ésta, que la muerte del normalista se produjo a consecuencia de traumatismo craneoencefálico por un instrumento contundente.
Ausencia de piel en rostro y cuello de cadáver de Julio César Mondragón fue por intrusión de fauna depredadora; no hubo acción humana.#cndh
— CNDH en México (@CNDH) 11 de julio de 2016
Sobre la herida en el cuello que se difundió ampliamente en los medios de comunicación, el EAAF admite la presencia de huellas de "actividad de fauna", aunque también presenta "áreas con sospecha de intervención de instrumento cortante". El equipo argentino lamenta que después de diversas intervenciones en el cuerpo es difícil determinar debido al estado del tejido y exige como línea de investigación policial prioritaria la de la tortura. Por su parte, la CNDH solo habla de actividad animal en el rostro de Julio. Esa es la diferencia: quién o qué retiró el rostro del normalista.
A partir de estos informes, la familia de Julio César publicó un comunicado en el que exige se abra una línea de investigación que se avoque a la investigación de los delitos cometidos contra el normalista, y que se haga de una manera integral.
- ¿Hay autoridades o policías detenidos?
- Específicamente por el caso de Julio no hay ninguno definido. Hay personas detenidas como chivos expiatorios. Él es el culpable, no queremos chivos, queremos a los responsables, materiales intelectuales.
La abogada Sayuri Herrera interviene por primera vez en la conversación:
- Hay privados 22 policías acusados, pero fueron vinculados porque se les encontró pólvora en las manos. Esa causa penal no puede continuar. Ellos no fueron. Hasta hoy no hay una sola persona detenida por el delito de tortura contra Julio César Mondragón.
- ¿Las autoridades se han acercado a ustedes para reparar el daño o hacer alguna indemnización?
- La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) nos apoyó para la reinhumación. Ahora dan para la alimentación de mi hija y oficios para justificar faltas en su escuela y tratar el asunto jurídico.
Herrera comenta que han pedido a Secretaría de Educación Pública que faciliten el regreso de Marisa a su natal Tlaxcala para el próximo ciclo escolar, pues su proyecto en la Ciudad de México era con Julio. En Tlaxcala está su hija y su familia.
- ¿Qué piensas de la situación del país en general, de que no aparezcan todavía los 43?
- Antes de que pasara todo decía 'les paso a ellos y no me va a pasar' y veo cómo el país cae a pedazos y hay violaciones muy grandes de derechos humanos que matan y desaparecen y encuentras en la calle. Como maestros nos toca esa parte de luchar por la educación, que no se privatice, sea gratuita y se haga cumplir ese artículo de la constitución y algún padre y persona de la sociedad no sepa de qué trata. La Reforma Educativa es una reforma laboral contra los maestros.
- ¿Y el duelo, Marisa?
- El duelo nunca va a terminar, es la pérdida de una persona que amaste y tuviste en cuerpo y alma presente. Ahora nos toca seguir exigiendo justicia y verdad para nosotros para que no vuelva a repetirse este hecho a una persona indefensa.
Aldabi Olvera