En los primeros compases de la sublevación militar protagonizada por una facción de las Fuerzas Armadas de Turquía, mientras tanques, helicópteros y cazas se desplegaban en Estambul y Ankara, un comando de soldados golpistas se dirigió hacia el balneario Marmaris donde el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, estaba de vacaciones, informa Reuters, citando medios locales.
Erdogan logró salir del balneario a tiempo, poco antes de que llegaran tres helicópteros con 25 soldados a bordo cuyo objetivo era matar al presidente turco. Cuando los soldados golpistas se presentaron en el lugar descendiendo con cuerdas desde las aeronaves, Erdogan ya no estaba allí, aunque encontraron resistencia por parte de la guardia y de las Fuerzas Especiales que protegían al mandatario.
En ese momento, Erdogan logró llegar a su avión presidencial y despegar rumbo a Estambul. Mientras tanto, se informó que dos cazas F-16 que apoyaban el golpe militar tenían en la mira al avión del presidente turco, aunque finalmente decidieron no atacarlo.
La noche del viernes 15 de julio, militares intentaron usurpar el poder en Turquía, cerrando los puentes sobre el Bósforo, en Estambul, y haciéndose con el control de varios edificios gubernamentales. Cazas y helicópteros de los militares rebeldes atacaron distintos objetivos en Estambul y Ankara, incluyendo el Parlamento y la residencia presidencial.
El fallido golpe de Estado se ha cobrado la vida de al menos 290 personas y ha dejado 1.440 heridos. Unos 6.000 militares implicados en la intentona golpista han sido detenidos, entre ellos oficiales de rango intermedio y alto.