Da la impresión de que es imposible abrir un periódico o poner la televisión sin que nos informen sobre un nuevo suceso terrible.
Una intentona militar en Turquía, un atentado en plena fiesta en Francia, una colisión de trenes en Italia, la toma de un cuartel policial en Armenia y un nuevo ataque mortal contra varios policías en Estados Unidos: todos estos eventos se produjeron en una semana.
Tal flujo de contenido violento en los medios de comunicación no puede menos que dar pie a una pregunta: ¿Qué es lo que nos pasa bajo la influencia de las malas noticias?
Vivimos en un mundo sobrecargado de información, donde las noticias vienen de todas partes: televisión, radio e Internet.
Las noticias negativas a menudo son acompañadas con fotos y videos desagradables o incluso horribles. Varios científicos e investigadores coinciden en que el consumo permanente de brutalidad no puede menos que afectar al ser humano, informa el portal Slon.
El efecto negativo de la observación regular de traumas y del contacto con personas que están sufriendo es conocido entre el personal médico como 'traumatización vicaria', o 'estrés traumático secundario'.
La psicóloga Anita Gadhia-Smith contó a 'The New York Times' que el grado de influencia de la violencia en las noticias depende del individuo, pero son dos los efectos más comunes: la insensibilización, por un lado, y la creciente sensación de vulnerabilidad e incapacidad, por el otro.
Investigadores de la Universidad de Bradford (Reino Unido) realizaron un experimento que involucró a 189 voluntarios adultos a los que sometieron a imágenes y noticias violentas, como los atentados terroristas en EE.UU. del 11 de septiembre de 2001.
El 22% de los participantes desarrolló síntomas semejantes al trastorno por estrés postraumático, que es una reacción emocional persistente a un trauma que severamente deteriora la vida.
El análisis mostró que aquellos que avistaban eventos violentos con mayor frecuencia, eran más vulnerables a los efectos negativos. Además los extravertidos resultaron ser más susceptibles.
Los periodistas que cubren los eventos violentos y tienen acceso a imágenes no censuradas son también susceptibles a su efecto destructivo, desarrollando ansiedad, trastornos psicológicos, depresiones y la adicción al alcohol.
Según el psicólogo británico Graham Davey, citado por 'Huffington Post', ver noticias sobre violencia o muertes intensifica nuestras preocupaciones y ansiedad. Además, afecta a nuestra habilidad de interpretar el mundo circundante e interactuar con él.
Sintiendo ansiedad o tristeza, de manera subconsciente nos preparamos para eventos negativos y tratamos eventos neutrales como algo negativo. De esta forma se entra en un círculo vicioso.
¿Cómo hacer frente al efecto negativo de las malas noticias?
La mayoría de los consejos al respecto se limitan a lo obvio: reducir la exposición a las noticias violentas. Con ese fin ofrecen centrarse en medios de periodismo positivo.
Algunos expertos recomiendan aprender a leer las noticias pasando por alto los detalles que proporcionan los periodistas para cargar las tintas.
Para aquellos que no están dispuestos a privarse de los detalles, los psicólogos recomiendan controlar sus emociones, recordar el efecto negativo de este tipo de noticias y evaluar de manera correcta los riesgos que presentan eventos, por ejemplo: la posibilidad de morir en un atentado terrorista es muy pequeña.