Un empresario de la ciudad rusa de Ekaterimburgo (Distrito Federal de los Urales) ha ideado una tecnología para convertir basura en petróleo sintético.
Botellas de plástico, envoltorios de dulces o cartones de huevos son procesados en el taller de Viacheslav Zelinski. Con una tonelada de basura este 'inventor' puede producir unos 700 litros de petróleo sintético tras ser procesada en una instalación semejante a un alambique.
"El plástico es calentado hasta cierta temperatura y aplastado; emite gas, que pasa por el catalizador y es condensa en columnas. De esta forma se obtiene petróleo sintético líquido", explicó el empresario al canal Vesti.
La ventaja de esta tecnología, a su juicio, es que no provoca emisiones a la atmósfera. El procesamiento dura 12 horas, y el petróleo sintético puede utilizarse como combustible o disolvente, el cual es demandado en la industria de las lacas y las pinturas. Tiene un valor en el mercado de entre 630 y 780 dólares por tonelada.
Para lograr su propósito, Zelenski ha instalado contenedores de recogida selectiva de residuos en varias calles de su ciudad. Ahora su objetivo es mejorar su tecnología en lo relativo a la filtración para obtener un producto de mayor valor.