Tortura religiosa: salen a la luz celdas de tortura del Estado Islámico en Siria

En espacios reducidos a su mínima expresión, donde prácticamente no podían moverse y hasta era casi imposible respirar, el autodenominado Estado Islámico mantenía detenidos a cientos de personas en una vivienda abandonada en Manbiy, en el noreste de Siria.

Un equipo de la cadena británica BBC tuvo acceso al lugar y, guiado por un combatiente local, pudo ver dónde eran recluidas las personas tomadas como rehenes por este grupo extremista.

El espacio era tan reducido que los prisioneros apenas podían moverse en ellas, estirar las extremidades, recostarse o sentarse. El espacio en sí ya era una forma de tortura.

Los recintos eran utilizados para "quebrar la voluntad de los prisioneros", relató un testigo citado por BBC en su trabajo dentro de la antigua prisión del grupo terrorista.

Los llamados 'infieles' eran torturados por una suerte de 'juez religioso', el cual cuestionaba los conocimientos en aspectos islámicos del prisionero. Habían desarrollado incluso un sistema de 'calificación' para cada prisionero, tal como constatan documentos encontrados al momento del recorrido.

En esta antigua casa, devenida en centro de reclusión, existían celdas un poco más grandes, con capacidad para 14 personas, donde los presos permanecían en condiciones deplorables, pero diferentes a las 'cajas' de confinamiento individual, de dimensiones muy inferiores.

Aunque el grupo terrorista no se encuentra en la actualidad en esta ciudad siria, el legado de dolor y desastre dejado a su paso aún está presente, como en otros lugares del país, inmerso en paralelo en una guerra civil y con combates armados a cada instante.