Lavrov: "La OTAN quiere abarcar cada vez más países y desligarlos de Rusia"

"La OTAN quiere abarcar cada vez más países y desligarlos de Rusia", ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una conferencia.

En un discurso pronunciado durante el foro Territorio de los Sentidos en el río Kliazma, en la provincia rusa de Vladímir, el jefe de la diplomacia rusa ha sintetizado los resultados de sus recientes conversaciones con el secretario de Estado de Estado Unidos, John Kerry, y la delegación que lo acompañaba.

"Rechazaron nuestra propuesta de garantizar la indivisibilidad de la seguridad. La seguridad no puede ser alcanzada a costa de otros —afirmó—. En lugar de eso quieren abarcar cada vez más países y desligarlos de Rusia".

La decisión sobre la adhesión de Georgia y Ucrania a la OTAN, aunque jurídicamente no es vinculante, fue adoptada en la cumbre de la alianza en Bucarest, recordó Lavrov. "Los países de la OTAN están seguros de que Georgia y Ucrania estarán en la OTAN", citó. Eso sucedió en abril de 2008 y ya en agosto el presidente Mijaíl Saakashvili ordenó atacar la ciudad de Tsjinval (capital de Osetia del Sur), a los pacificadores rusos y osetios.

Así, dijo, "la frase instigadora de la OTAN —que Tbilisi estará en la OTAN— desempeñó su papel en la historia; no tengo dudas sobre esto". En Kiev aquella incitación hizo efecto en las "cabezas de algunos políticos no muy responsables" a principios de 2014.

"Los neonazis levantan la cabeza"

"Lamentablemente, la vacuna contra el fascismo, el racismo en aquella abominable forma [que tuvo la Alemania nazi] caduca. Hacemos [en Rusia] todo lo posible para que las generaciones que vienen nunca se olviden de aquella horrorosa guerra, de quién salvó al mundo y de quién intentó subordinarlo a su voluntad", dijo el ministro, cuyas palabras cita la agencia TASS.

"Es un hecho que en los países civilizados europeos levantan la cabeza los neonazis". Rusia habla de eso con sus socios europeos, aseguró. Ante todo se aborda la situación en Letonia y Estonia, donde cada año se llevan a cabo marchas de los veteranos de las tropas SS con participación de algunos parlamentarios y otros representantes de las autoridades.

Todo eso no le resulta cómodo a la Unión Europea, pero sus funcionarios hacen la vista gorda porque son "prisioneros de la denominada 'solidaridad'" e intentan "mimar a los Estados bálticos".

Los diplomáticos de la Unión Europea explican las manifestaciones pronazis con el deseo de los países bálticos de confirmar su valor. "Si el precio de esta reafirmación es la convivencia con el renacimiento del nazismo, entonces nos alarma mucho. Y no es un asunto interno de la Unión Europea".