Que la música enriquece la vida es un secreto a voces. Sin embargo, recientes estudios científicos han llegado a la conclusión de que la música puede enriquecer nuestra vida profesional, según sea el tipo de actividad que desarrollemos, escribe Tom Popomaronis en el portal estadounidense 'Inc.'
Cuando nos hallamos inmersos en una situación de aprendizaje, el cerebro necesita analizar los datos y con la música le resulta más complicado, ya que se concentra en procesar los datos auditivos. Debido al carácter simultáneo de esta doble tarea, el cerebro podría interpretar los datos de manera inadecuada. Por ello, si tenemos que aprender algo en el trabajo lo mejor es que apaguemos la música, sobre todo si estamos aprendiendo algo de memoria.
Además, cuando escuchamos música en un entorno ruidoso en la oficina, el cerebro gasta mucha energía para concentrarse en el procesamiento de datos, aumentando, asimismo, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y disminuyendo los niveles de dopamina. Estos cambios hormonales afectan negativamente a la corteza prefrontal. Sin embargo, si la tarea no requiere el aprendizaje de ninguna información, escuchar música puede ayudarnos, ya que nos aisla del ruido circundante y nos mantiene en calma.
¿Y cuándo la música en el trabajo aumenta nuestra productividad? Varios estudios indican que mientras hacemos trabajo repetitivo con los auriculares puestos realizamos las tareas más rápido y con menos errores. Ello se debe a que cuando la música te gusta se liberan neurotransmisores como la dopamina y la serotonina que nos ayudan a sentirnos relajados. Esto ocurre incluso cuando la tarea es complicada, como en el caso de los cirujanos que escuchan música en la sala de operación.