El asesinato de un cura en una iglesia de Normandía es simbólico y es parte de la guerra psicológica de los terroristas dirigida a intimidar al pueblo francés y a mostrar que el peligro se esconde en cualquier rincón. RT trata de llegar al fondo de los acontecimientos que están teniendo lugar en Francia.
El presidente francés, François Hollande, ha afirmado que el Estado Islámico ha declarado la guerra y que uno de sus objetivos principales es dividir a la población. El mandatario ha instado a los franceses a unirse frente a la amenaza terrorista.
Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, también ha advertido que la meta de los yihadistas del Estado Islámico es "enfrentar a los franceses, atacar la religión para que empiece una guerra de religiones".
También se mostró preocupado por la inestabilidad en Francia el profesor del Instituto Nacional de Idiomas y Civilizaciones Orientales Bruno Drweski, quien considera que el objetivo de los terroristas es que la gente se sienta en peligro en toda Francia.
"Es una parte de su guerra psicológica contra la población —asegura— y puede estar encaminada a crear una brecha entre cristianos y musulmanes, especialmente entre la iglesia católica francesa y las organizaciones musulmanas".
Simon Mabon, lector británico de relaciones internacionales de la Universidad de Lancaster, comparte esta opinión y asegura que, con sus acciones, los terroristas quieren dar a entender que nadie está seguro en ningún lugar de Francia. Además el experto considera que los terroristas van a seguir atacando para fomentar una guerra entre el islam y Occidente. "La iglesia católica es simbólica para Francia y para los países occidentales como antítesis a islam y el asesinato del sacerdote francés es simbólico", añadió.
El islam es la segunda religión en Francia por número de fieles y la que más rápido crece. Actualmente en el país residen entre cinco y seis millones de musulmanes.
Francia se encuentra en alerta máxima y en estado de emergencia después del atentado del Día de la Bastilla en Niza, el 14 de julio, en el que murieron 84 personas y fueron heridas más de 300. El ataque fue reivindicado por el Estado Islámico al igual que una serie de atentados mortales que el año pasado se cobraron 147 vidas en París.
Los recientes atentados en Europa, desde Niza a Bruselas, son una prueba de que estos países se enfrentan a un problema de terrorismo y este se debe combatir, asegura Mohammed Shafiq, el director ejecutivo de la fundación británica Ramadhan.
No obstante, a pesar de que la policía francesa ha endurecido las medidas de seguridad, los atentados en el país no cesan. "No podemos parar los atentados ahora", considera el escritor y analista político John Wight.
Todos los expertos consideran la actividad del grupo Estado Islámico en Francia una amenaza y un reto que solo se puede superar con unión y sin sucumbir a los intentos de división por motivos religiosos.