El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, está convencido: el "Sí" se impondrá en el plebiscito sobre la paz. ¿Qué argumentos sustentan esa seguridad?
La primera certeza es el umbral aprobado por la Corte Constitucional. Según el fallo del Tribunal, para que la consulta sea válida requiere el aval de 13% del censo electoral, es decir, el voto de positivo de 4.524.801 colombianos. El uribismo protestó la decisión por considerar que era necesario un mínimo de 51% del padrón.
Sin embargo, la presidenta de la Corte Constitucional, María Victoria Calle, respondió a los críticos defendiendo el umbral de 13% porque se trata de un "plebiscito especial" que "fue al Congreso en democracia", refiere El Nuevo Siglo. Santos, por su parte, está tranquilo.
En una entrevista al diario El Tiempo, reseñada por Terra, Santos dijo: "Estoy convencido de que, frente a la importancia de lo que se decide en esta votación, los colombianos van a ejercer su derecho, rebasar con creces el umbral y tomar en sus manos el futuro de nuestro país y de la paz".
Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno con las FARC, coincide con el mandatario: "(La) discusión sobre el umbral va a perder todo interés porque mi predicción es que va a haber una enorme cantidad de votos", dijo a El Tiempo.
Confluencia de partidos
Otro de los puntos a favor del "sí" es la confluencia en favor de la paz, pese a las diferencias, entre los partidos de izquierda y el oficialismo. Por encima de las objeciones, parece haber un consenso a favor de ponerle fin al único conflicto armado que queda vivo en la región.
"Vamos a trabajar durísimo por el 'sí' porque Colombia se está jugando aquí una carta muy importante", dijo la exsenadora de izquierda Piedad Córdoba a EFE, tras unirse al compromiso de conseguir 10 millones de votos favorables al plebiscito con la campaña "La paz sí es contigo".
"Veo un amplio espectro de fuerzas sociales, políticas, gremiales y de la Iglesia favorables al 'sí' y de un sector muy focalizado, que es el de los enemigos del proceso de paz, que está en una situación realmente difícil", dijo la semana pasada el senador del Polo Democrático, Iván Cepeda.
Medios aliados
La familia del presidente colombiano tiene muy cercanos vínculos con los medios de comunicación, lo que evidentemente pone el viento a favor.
El diario más leído de ese país, El Tiempo, perteneció durante muchos años al tío-abuelo del actual presidente. Aunque el periódico pasó a manos del grupo Planeta en 2007 y luego a la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo en 2012, la influencia aún no ha desaparecido.
Un reportaje publicado por El Espectador en 2010 revela con detalle los históricos nexos de la familia Santos en los medios colombianos, una relación que, aunque se ha desdibujado en los últimos años por la venta de la mayoría accionaria a grupos mediáticos internacionales, persiste.
El director actual del rotativo, Roberto Pombo, está casado con Juanita Santos, una prima del mandatario, destaca La Silla Vacía.
La influencia también se extiende a al grupo Semana, que publica la revista política de mayor peso en el país desde 2010 y está dirigida por Alejandro Santos, sobrino del presidente, quien criticó la venta de El Tiempo en una entrevista a ese mismo medio, en 2013.
Desde 2009, se creó la Fundación Semana "cuyo propósito es impulsar acciones en torno al posconflicto y la reconciliación en Colombia", indica el portal de Monitoreo de Medios.
Tampoco es secreta la buena relación de Santos con el Grupo Santo Domingo, fundado por el fallecido empresario Julio Mario Santo Domingo, de quien el mandatario colombiano diría: "no sólo fue un pionero de grandes compañías, sino que forjó progreso en las regiones donde sus empresas tuvieron presencia", reza una nota del diario El País de Colombia.
En los últimos años, el Grupo Santo Domingo ha adquirido importantes medios en Colombia como Caracol Radio y Televisión, la Revista Cromos y TV Cable, y ampliado su participación accionaria en periódicos de tradición como El Espectador, lo que ha posicionado al conglomerado en "el segundo grupo económico más importante del país, después del Sindicato Antioqueño", precisa un reportaje de El Tiempo.
La única piedra en el zapato para Santos parece provenir de RCN, una medio que pisa fuerte en Colombia, perteneciente a la Organización Ardila Lülle, cuya línea editorial es más cercana al expresidente colombiano y actual senador Álvaro Uribe Vélez, principal figura de la oposición más férrera al proceso de paz.
Uribe "al dente"
Sin embargo, la crudeza de Uribe dio un paso inesperado la semana pasada. Por primera vez desde el inicio de las negociaciones, el más furibundo crítico de los acuerdos con las FARC "flexibilizó" su postura y puso "condiciones" para incorporarse al diálogo.
Según Semana, Uribe aseguró que participaría si el Gobierno y las FARC aceptan reabrir algunos capítulos como el de la impunidad y la elegibilidad política".
El ahora senador había hecho caso omiso a los llamados del oficialismo y el grupo insurgente para integrarse a las negociaciones. Ese cambio de postura podría ser un cálculo político bien medido ante la posibilidad, bastante cercana, de que Santos termine su segundo mandato con un gol decisivo: el fin de la guerra.
Nazareth Balbás