Cómo los JJ.OO. de Brasil se volvieron un espejo de los peores males de Latinoamérica
El 5 de agosto comenzarán los Juegos Olímpicos 2016 en la ciudad de Río de Janeiro. Será la primera vez que esta milenaria competencia se dispute en Sudamérica. Sin embargo el escenario social, político y económico del país anfitrión no es el mejor.
Infraestructura y limpieza a medias
La Villa Olímpica fue abierta esta semana y la mitad de sus edificios (son 31 en total) están sin terminar. Ante esto el comité organizador debió poner 600 obreros a trabajar las 24 horas del día para tratar de tener todo listo antes del comienzo de los juegos.
Esta obra fue llevada a cabo por la constructora Odebrecht, la más grande Brasil y una de las mayores del mundo, que está implicada en los casos de corrupción relacionados con la estatal Petrobras. De hecho, su presidente fue condenado a 19 años de prisión por estos hechos.
Otro trabajo inconcluso es la limpieza de las aguas residuales y basura que contaminan la Bahía de Guanabara y otras playas de Río donde habrá competencias de vela y nado. Esto sucede a pesar de que se han destinado miles de millones de dólares para los Juegos Olímpicos. Sin embargo el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, se justificó señalando que los problemas de polución en esa zona no son "un tema olímpico".
Violencia policial
Uno de los aspectos más resaltados por distintas organizaciones sociales y políticas ha sido el incremento de la militarización de Río de Janeiro además de otros puntos del país. Se han desplegado solo en Río 70.000 efectivos de distintas fuerzas (policía militar, ejército, marina, aeronáutica).
Hay "un aumento considerable de la violencia", explicó a RT Gerardo Gamarra, periodista del portal en inglés The Dawn que refleja las luchas populares de América Latina. Según detalló, "con el planteo de 'pacificar' las favelas militarizaron Río de Janeiro y desalojaron alrededor de 65.000 familias".
"Está aumentando también la violencia policial hacia la juventud", destacó el periodista. En opinión del informador, desde el Mundial de fútbol de 2014 a la actualidad "se calcula que hay un incremento del 20% de violencia de parte de las fuerzas de seguridad".
Por su parte, la ONG Human Rights Watch señaló en un reciente informe que solo en 2015 la Policía de Río acabó con la vida de 645 personas. "La criminalidad violenta es un problema muy real en Río; sin embargo, ejecutar a presuntos delincuentes no es la solución", observó Maria Laura Canineu, directora para Brasil de la organización. "Estas ejecuciones provocan que las comunidades se vuelvan en contra de la policía y empeoran la seguridad de todos, añadió.
¿En qué se gasta el presupuesto?
Como suele suceder ante estos grandes eventos deportivos (así sucedió también con el Mundial 2014) un punto de debate es por qué se gasta tanto dinero en estos cuando la población sufre por la falta de servicios básicos.
"El gobierno está con muchas dificultades para pagar los salarios de los empleados públicos y para sostener los presupuestos de salud y educación", relató Gamarra. Pero a pesar de ello han realizado "una inversión de miles de millones de dólares en la organización que incluso se ha ampliado respecto a lo que era la propuesta original".
Por su parte el analista internacional Leandro Morgenfeld cuestionó que "hace un año y medio que Brasil está en una fortísima recesión pero gastaron solo en Río 12.000 millones de dólares".
Finalmente, Gamarra aseguró que el argumento de las autoridades es que los Juegos Olímpicos "no representan un gasto tan importante porque un 43% del presupuesto salió de las asociaciones público-privadas". Pero en realidad el resultado es que "el Estado queda como gerente de las inversiones de las empresas privadas".
Amenaza terrorista y expulsión social
"Los últimos atentados que hubo en el mundo, en las recientes semanas, redoblaron el temor a un posible atentado en este acontecimiento que concentra toda la atención", comentó Morgenfeld a RT. Al respecto, detalló que la semana pasada "detuvieron una supuesta célula de militantes musulmanes" pero al poco tiempo "el mismo juez que los detuvo dijo que no se los podía acusar de terrorismo porque eran más bien amateurs". De todas formas el investigador explicó que si bien "no hay nada cierto" tampoco se puede descartar "que haya algún atentado".
"La militarización no tiene que ver con este proceso sino que es algo que comenzó en 2012/2013", aseveró Moregenfeld en relación al despliegue de las fuerzas de seguridad. Comenzó con "la gran especulación inmobiliaria que se produjo en Río a partir del anuncio de la Copa de las Confederaciones, el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos", recordó.
"Ocurrió entonces un proceso que se suele dar en las grandes metrópolis que es el de la gentrificación", añadió el especialista. Asimismo subrayó que subió tanto el precio de los alquileres "que se expulsó a los sectores medios hacia la periferia y a los sectores más vulnerables aún más lejos". Así es como se da "un proceso de limpieza de la población que, con la excusa de la lucha contra la inseguridad, se profundiza" con la llegada de los Juegos Olímpicos.
Para terminar, Moregenfeld afirmó que todo está atravesado por la crisis política. "La gestión del presidente interino Michel Temer es rechazada incluso por quienes estaban en contra de Rousseff. Tiene una intención de voto de un dígito", explicó. El analista internacional se preguntó quién será capaz de capitalizar los Juegos Olímpicos. "El dictamen del Senado sobre el juicio contra Dilma Rousseff se iba a conocer durante los juegos y sigilosamente decidieron postergarlo para después. Por eso creo que el gobierno de Temer va a intentar capitalizar la competencia para tratar de fortalecerse", concluyó.
Santiago Mayor