El alcalde de Estambul, Kadir Topbas, ha decidido crear un "cementerio de traidores" donde serán sepultados los 24 soldados insurrectos fallecidos en el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio contra el Gobierno y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, informa Reuters.
Se desconoce si el propio Erdogan o el Gobierno central tienen algo que ver con la decisión del alcalde.
"Cementerio de traidores" se lee en un letrero clavado sobre un montículo de tierra a las afueras de Estambul destinado a los soldados insurrectos muertos en el intento fallido de golpe de Estado, que dejó 270 muertos y más de 2.000 heridos.
A unos metros de allí, unos obreros construyen un refugio para animales vagabundos.
Por el momento, allí solo hay un capitán sepultado, Mehmet Karabekir, que, al parecer, mató a una persona durante el golpe y cuya familia se negó a hacerse cargo del funeral.
Cerca de su tumba, otras tres fosas de dos metros fueron cavados con una excavadora mecánica. Según los medios, antes del entierro el cuerpo del capitán Mehmet Karabekir no fue lavado, ni nadie recitó oraciones del Corán, ya que todos los ritos musulmanes le fueron negados.
Anteriormente, la dirección de los Asuntos Religiosos, Diyanet, informó que no se oficiarán ceremonias religiosas ni se recitarán oraciones por los militares rebeldes fallecidos. "Los rezos se recitan por la redención de los muertos, pero las personas que cometen estas acciones pisotearon las leyes de todo un país. No merecen oraciones de redención por parte de sus hermanos musulmanes", declaró el organismo.
Sign reading ‘Traitors’ Cemetery’ removed from graveyard in Turkey https://t.co/2C8nv1MwrHpic.twitter.com/ULWFKIIKl6— Hürriyet Daily News (@HDNER) 29 июля 2016 г.
Estas severas medidas tomadas por las autoridades de Estambul han despertado polémica en la sociedad. Mientras unos apoyan la decisión del Gobierno de Estambul, otros la critican. Aparte de los países occidentales, grupos de derechos y algunas voces dentro del Gobierno turco han mostrado su preocupación y se muestran críticos ante la decisión de las autoridades de Estambul. Asimismo, numerosas personas han expresado su indignación en las redes sociales.
Pese a que las autoridades religiosas de Turquía aseguran que no van a proporcionar servicios funerarios a los golpistas, el principal clérigo Mehmet Gormez no apoya la creación de un cementerio para los traidores, ya que -esgrime- esta decisión hiere los sentimientos de las familias de los muertos.
Tras el fallido golpe de Estado las autoridades de Turquía dieron rienda suelta a una campaña implacable para erradicar la influencia en las instituciones turcas del supuesto organizador del golpe, Fethullah Gülen, que se tradujeron en la detención de cerca de 16.000 personas, entre ellas 178 generales, de los que 151 se encuentra en prisión preventiva. Antes de las detenciones 358 generales y almirantes componían la cúpula de las Fuerzas Armadas turcas.