La fuente de la juventud estaría ubicada en medio del océano Pacífico, a unos 3.500 kilómetros de Chile. Allí se encuentra la isla de Pascua, pequeña porción de tierra conocida por sus 'moái', las tradicionales cabezas gigantes a cuya sombra crecería una bacteria antienvejecimiento.
Este compuesto natural, denominado 'rapamicina', fue descubierto en 1964. Desde entonces, la investigación no se ha detenido y permitió demostrar su eficacia en la prevención de cierto tipo de tumores, en el combate de hongos y en la prevención del rechazo a órganos trasplantados, publicó el sitio web 'Chemical & Engineering News'.
También aumentó las expectativas de vida de algunas especies de animales, como las moscas de la fruta y un tipo de gusano, debido a la supresión de una proteína llamada 'mTOR'. Además, de acuerdo con los estudios realizados en ratas, las hembras llegaron a vivir un 9% más y los machos un 14% más que aquellas que no fueron tratadas. También los perros mostraron mejoras en su función cardíaca.
Efectos colaterales
No obstante, la ilusión de no envejecer puede ocasionar complicaciones, ya que los investigadores advirtieron sobre los efectos adversos que pueden tener los tratamientos, ya que al suprimir el sistema inmune provocaría que el organismo sufriera infecciones, por lo que el próximo paso es desarrollar compuestos que no tengan efectos negativos.
Pese a las dudas, Brian Kennedy, presidente y director ejecutivo del Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento, afirmó que la rapamicina "es bastante buena en lo que hace", por lo que afirmó que si lograran "modificarla", estarían frente a una "oportunidad muy emocionante".