Akihito, el emperador japonés de 82 años de edad, ha declarado en un mensaje televisado dirigido al pueblo de su país que se encuentra preocupado de no poder cumplir con las obligaciones que conlleva su cargo, según lo informa Reuters.
El monarca de Japón, que ya fue sometido a una cirugía de corazón y ha sido tratado por cáncer de próstata, estaría preparando su retiro durante los próximos años. Su retiro se convierte en un hecho sin precedentes en la historia moderna del Japón que no cuenta con una base jurídica válida, pues las leyes japonesas establecen que el monarca debe servir hasta su muerte.
La mayoría de los japoneses están de acuerdo con la salida del monarca. Sin embargo, ciertos grupos conservadores, entre ellos los partidarios del primer ministro Shinzo Abe, se oponen a la renuncia del emperador.
La figura de emperador en Japón fue considerada hace ya varios siglos como un mediador entre los hombres y la divinidad, pero en la actualidad se trata de una figura simbólica que no cuenta con poderes políticos. Akihito es el 125° descendiente de la más antigua dinastía reinante del mundo, que mantiene el trono durante casi 2.700 años.