EE.UU. parece haber decidido no intervenir y dejar que sean Rusia, Irán y las tropas del presidente sirio Bashar al Assad sean las que derroten a las fuerzas de la oposición en la ciudad siria de Alepo, opina el analista Leonid Bershidsky en Bloomberg.
El columnista apunta que Washington no participará en la guerra porque está involucrado en la batalla "el tipo erróneo de rebeldes". "EE.UU. no se cree el cambio de nombre del Frente al Nusra (actualmente Frente Fatah al Sham) y aún lo considera una organización terrorista. Esto significa que no puede defenderlo", explica Bershidsky- "Ante la falta de apoyo, la llamada oposición moderada está dependiendo cada vez más de los yihadistas", añade.
"La guerra terminaría más rápido si EE.UU. se uniera"
"La guerra terminaría más rápido si EE.UU. se uniera a esta coalición. Esto es políticamente imposible, salvo [con] una victoria de Trump en las elecciones presidenciales. La guerra seguirá y se llevará más vidas, aunque es difícil imaginar que el Estado Islámico pueda resistir el ataque ruso-iraní a largo plazo", destaca el analista.
Según Bershidsky, EE.UU. ya no puede dar marcha atrás: "Kerry no puede decirle al presidente ruso, Vladímir Putin, que la Administración de Obama ya no quiere deshacerse de Asad".
"A EE.UU. solo le queda esperar que las tropas de Assad sufran una derrota en Alepo. Lo cual, a juzgar por los acontecimientos en la zona de batalla, es un hilo muy fino al que agarrarse", concluye.
El enfoque de EE.UU., ¿un sinsentido?
El investigador del centro Brookings Michael O'Hanlon afirma que "EE.UU. no cuenta con ningún aliado importante con potencial militar real sobre el terreno, a excepción de los kurdos".
"Sin embargo, siguen esperando vencer al Estado Islámico, al Frente al Nusra y destituir a Assad al mismo tiempo. Sencillamente este enfoque no tiene sentido", sentencia el experto.