Los líderes del Estado Islámico han estrenado una nueva y cruel forma de ejecutar a sus propios combatientes, según el diario inglés 'The Daily Express'.
Con el fin de frenar el creciente número de desertores que huyen de los campos de combate en Siria e Irak, los yihadistas amarran a sus víctimas a los asientos de los vehículos, cierran las puertas y ventanas e introducen a través una manguera el gas procedente de los tubos de escape del propio automóvil hasta matar a los sentenciados.
En los últimos meses, el Estado Islámico ha cedido amplios territorios en el norte de Irak y Siria, por lo que sus líderes inventan formas cada vez más crueles de atemorizar a los desertores. Esta tendencia se observa especialmente cerca de la ciudad iraquí de Mosul, donde los terroristas están a punto de perder uno de sus últimos reductos importantes.
Los yihadistas tomaron el control de Mosul en 2014, momento en que proclamaron el califato en Irak y la vecina Siria. Pero este año las tropas iraquíes han logrado liberar amplias áreas bajo el dominio de los terroristas, quienes huyen despavoridos del campo de batalla.