Después de que el pasado martes 9 de agosto el agua de la piscina de salto olímpico del Parque Acuático de María Lenk, en Río de Janeiro (Brasil), empezara a teñirse de verde, el efecto se contagió a la vecina piscina de waterpolo, que empezó a mostrar la misma coloración al día siguiente.
Aunque los organizadores de Río 2016 aseguraron que el estado del agua de ambas piscinas no supone ningún riesgo para la salud de los nadadores, los jugadores del equipo de waterpolo de EE.UU. elevaron quejas al respecto, ya que sintieron picores en los ojos durante el transcurso del partido contra Francia el pasado miércoles, informa 'The Washington Post'.
"Apenas podía abrir los ojos cuando llegamos al último cuarto", afirmó el miércoles el capitán de la selección estadounidense de waterpolo, Tony Azevedo, tras vencer a Francia, que señaló como causa el exceso de cloro en el agua.
El portavoz de la Organización de los Juegos Olímpicos Río 2016, Mario Andrada, aseguró el miércoles que el problema con el color del agua se debió a "un descenso repentino en el nivel de alcalinidad", lo que se sumó al calor y a la falta de viento en el lugar, propiciando la proliferación de algas.
Estados Unidos venció por 6 a 3 a Francia en la fase de grupos del grupo B, que lidera Italia seguida por Croacia y España. Por detrás EE.UU. y Montenegro se mantienen empatados a dos puntos, mientras que Francia permanece última sin ningún punto.