La analista política Hafsa Kara-Mustapha considera que Argelia podría tener la clave de la paz en Siria debido a su experiencia como mediadora y a que tuvo que afrontar una crisis similar a la siria en los años 90.
En su artículo para RT, Hafsa Kara-Mustapha recuerda que en abril de este año en los medios de comunicación argelinos se informó de que el país desplegaba intensos esfuerzos diplomáticos para disminuir la tensión entre Siria y Turquía. Mientras que en aquel momento "la descongelación de las relaciones parecía impensable", los acontecimientos de las últimas semanas indican que esos esfuerzos no han sido en vano y la posición inflexible de Ankara en relación con la permanencia en el poder del presidente sirio, Bashar al Assad, "se ha suavizado", estima la experta.
Imparcialidad y experiencia mediadora
La mediación de Argelia "ha llegado en un momento interesante" y podría asegurar el retorno "a una cierta estabilidad tangible para todas las partes [del conflicto sirio]", opina Kara-Mustapha.
Según esta analista, desde el estallido de la crisis siria en 2011, Argelia ha insistido en que la soberanía del país árabe debe ser respetada, argumentando que cualquier intromisión exterior en Siria solo exacerbaría las tensiones.
Además, prosigue la autora del artículo, Argel está abordando el conflicto sirio "desde una posición privilegiada", ya que debido a su tejido social no puede ser acusado "de afinidades tribales, religiosas o sectarias con el Gobierno de Al Assad".
Por otro lado, Argelia también goza de buenas relaciones con la mayoría de las naciones de la Liga Árabe y ha desempeñado "un papel moderador consistentemente" durante los periodos de crisis en la región, ya sea entre naciones árabes o con otros países de Oriente Próximo.
De acuerdo con la analista, al haberse negado a participar en las disputas sectarias o tribales que han enfrentado a muchas naciones árabes unas contra otras, y prefiriendo en su lugar apoyar a los países en nombre de la solidaridad árabe, Argelia "ha adquirido la reputación de una parte experta e imparcial" que ha sido acreditada por la resolución de muchas crisis anteriores.
Imagen en el espejo
Sin embargo, la analista destaca que el apoyo argelino a Siria va más allá del mero respeto a la soberanía nacional, ya que en los años 1990, Argelia tuvo que afrontar una crisis similar a la que se enfrenta Siria hoy en día, cuando se sumió en una larga y dolorosa guerra civil que dejó al menos 200.000 muertos y obligó a más de un millón de los argelinos a abandonar el país durante la década siguiente.
Por lo tanto, la Siria de hoy en día "es vista por muchos argelinos como la Argelia de los años 90", apunta.
El país magrebí pasó esos años, conocidos localmente como 'la década negra', aislado del resto del mundo. Sin embargo, según Kara-Mustapha, este aislamiento "resultó ser su salvación", puesto que le permitió "resolver la crisis en casa, sin interferencia de fuerzas externas".
Por tanto, en el caso de Siria, la analista explica que "es imperativo" que se retiren las fuerzas externas que participan en el conflicto. En este sentido, señala que Turquía está sumida ahora en sus propios problemas y Arabia Saudita, que dedicó una gran parte de su fuerza militar a la guerra en Yemen, también "está buscando maneras de salir" del conflicto sirio.
Para Kara-Mustapha, "esto le da a Siria una oportunidad para retomar el control de la guerra y trabajar para un retorno gradual a la paz", un proceso en el que el apoyo, la experiencia y las habilidades mediadoras de Argelia "serán cruciales".
"Por la supervivencia de Siria, esperemos que Argelia esté a la altura de su reputación", concluye la experta.