La presidenta de Brasil apartada de sus funciones, Dilma Rousseff, ha anunciado este martes su deseo de llevar a cabo un plebiscito para convocar nuevas elecciones y el desarrollo de una reforma política en caso de retomar su cargo como mandataria del país, informa 'O Globo'. En su pronunciamiento, durante el que leyó la carta que enviará al Senado brasileño, Rousseff reafirmó su inocencia y pidió a los diputados no cometer la "injusticia" de condenar a una "inocente".
En la carta, titulada 'Mensaje al Senado y al pueblo brasileño', la política enfatiza en la necesidad de una "profunda transformación de las reglas vigentes" provocada por el número excesivo de partidos y las "prácticas políticas cuestionables". "Estoy convencida de la necesidad y daré mi apoyo total a la convocatoria de un plebiscito para consultar al pueblo sobre la realización anticipada de elecciones, así como la reforma política y electoral. Debemos concentrar esfuerzos para que se realice una amplia y profunda reforma política".
Rousseff considera completamente ilegítimo el proceso de 'impeachment' y señala que, de ser consumado el mismo sin la existencia de un crimen de responsabilidad, podría considerarse un golpe de Estado. "Mi regreso a la Presidencia por decisión del Senado federal significará la afirmación del estado democrático de derecho y contribuirá decisivamente al surgimiento de una nueva y promisoria realidad política. Mi responsabilidad es grande", agregó.
La última sesión del pleno del Senado está planeada para el próximo 25 de agosto y determinará si se hace efectiva la destitución de Rousseff. Para que el juicio político en su contra sea finalmente aprobado, se requerirán dos tercios de los votos (54 de 81) de los senadores. En caso de perder el mandato, la presidenta del país quedaría inhabilitada para ejercer cargos públicos durante ocho años.