La luchadora japonesa de estilo libre Risako Kawai celebró su oro en la categoría de menos de 63 kilogramos de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro de una manera bastante original.
Tras derrotar a la bielorrusa Maryia Mamashuk en la final por 6-0, Kawai le aplicó a su entrenador, Kazuhitu Sakae, un par de llaves antes de tumbarle sobre la lona.
Luego lo sentó sobre sus hombros y dio una vuelta triunfal con la bandera japonesa en las manos de Sakae.
Esta intensa celebración ha tenido una gran acogida en Internet, donde algunos bromean con el supuesto miedo del propio entrenador al lado de su pupila y otros aseguran que nunca han visto una victoria más alegre.