Yasmin, una yazidí de 18 años, quedó tan traumatizada por las violaciones y los abusos sexuales que sufrió por parte de militantes del Estado Islámico en Siria que se prendió fuego con el objetivo de afearse, informa ITV.
Esta adolescente, que había escapado de las garras de la organización yihadista y vivía en un campo de refugiados de Irak, decidió rociarse con gasolina y encender un fósforo para evitar que volvieran a violarla. La joven estaba tan atormentada por sus recuerdos que creyó escuchar las voces de sus agresores y pensó que la iban a secuestrar otra vez.
La propia víctima detalla: "Lloraba todo el tiempo y, la mayoría de las veces, oía la voz de los miembros del EI. Estaba tan asustada que no pude aguantar más y estas son las consecuencias".
The girl who burnt herself alive to escape so-called Islamic State rapists https://t.co/ifEPENzXVTpic.twitter.com/o8Web1mHow— ITV News (@itvnews) August 24, 2016
"Sin ojos, nariz, ni orejas"
En estos momentos, Yasmin se recupera de sus lesiones en un campo de refugiados de Alemania. Allí, los médicos tratan de curar tanto su cuerpo como las cicatrices mentales que le provocó su cautiverio.
Yazidi teen burnt herself to become 'undesirable' fearing rape again by ISIS https://t.co/PiZVqseKanpic.twitter.com/vJXb5lW2VX— Times of India (@timesofindia) 24 de agosto de 2016
El psicólogo que trata a esta joven, Jan Ilhan Kizilhan, explica el 'shock' que le provocó la primera vez que vio a una chica "sin ojos, nariz, ni orejas" y confirma que, antes de quemarse 'a lo bonzo', Yasmin tuvo una pesadilla en la que creía que un grupo de militantes del EI estaba fuera de su tienda, con lo cual "su única idea era: '¿Cómo puedo ser fea para que no me violen de nuevo?'".
Los terroristas del Estado Islámico persiguen a la minoría religiosa yazidí y tratan a sus integrantes como "un botín de guerra" porque consideran que "no son creyentes".