Los países occidentales no quieren admitir que autorizan e incluso apoyan a los grupos rebeldes en Siria, sostiene en declaraciones a RT Larry Johnson, oficial retirado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). "Utilizan las armas químicas como un pretexto para cargar la responsabilidad sobre el Gobierno de Bashar al Assad", afirma Johnson, subrayando que se trata de una campaña psicológica planificada para dirigir una acción contra el mandatario sirio.
Una investigación conjunta de Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), establece que las tropas del Gobierno sirio habrían sido responsables de dos ataques con gas tóxico en los últimos dos años.
Sin embargo, Johnson cree que "el verdadero problema" vinculado con las armas químicas es que "pertenecen casi totalmente a los rebeldes y no al Gobierno". "Los únicos culpables son los rebeldes, particularmente el Estado Islámico y el Frente Al-Nusram y los oficiales de Inteligencia lo saben", añade el oficial retirado.
"Tanto EE.UU. como las agencias de Inteligencia israelíes monitorizan en tiempo real las unidades químicas, las unidades militares en Siria que tienen la capacidad de lanzar armas químicas", afirma Johnson. "Sin embargo, no ha visto ningún tipo de actividad", recalca.
Según el oficial retirado, los rebeldes cometieron todos estos crímenes gracias al apoyo que se les prestó antes, en especial Turquía.
Daoud Jairallah, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Georgetown, recuerda que cada violación de la ley internacional –incluyendo la armas químicas o cualquier otro tipo de armas ilegales– debe ser tratada por igual y condenada por la comunidad internacional, sea quien sea el responsable. Sin embargo, Daoud Jairallah, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Georgetown considera que la ONU se ha mostrado "reluctante a investigar el uso de armas químicas desde que comenzaron los sucesos violentos en Siria".
"Estados Unidos considera que Al Assad es responsable de todo, que es un asesino en serie. Esto le da a EE.UU. una licencia para interferir en los asuntos internos y violar todas normas internacionales", se lamenta el profesor.