El complejo arqueológico de Gobekli Tepe, ubicado en el sur de Turquía, próximo a la frontera con Siria, está considerado como el templo más antiguo del mundo, atrayendo desde hace décadas las miradas de historiadores e investigadores de todo el mundo por los numerosos enigmas que plantea su descubrimiento, recoge Daily Sahab.
Se estima que el complejo de esculturas, pilares y grabados en relieves Gobekli Tepe fue construido hace unos 12.000 años, siendo sepultado y enterrado deliberadamente alrededor del año 8.000 a.C. por razones que se desconocen. El lugar fue descubierto y excavado en 1963 por un equipo de investigadores y arqueólogos de las universidades de Estambul y de Chicago, generando a partir de entonces numerosas teorías entre historiadores sobre el propósito de su construcción.
Los primeros estudios sobre el terreno concluyeron que este amplio complejo fue creciendo a lo largo de los años, lo que explicaría la gran extensión de sus instalaciones en torno a lo que parece ser un templo principal. Asimismo, el conjunto refleja la gran capacidad de organización conjunta que tenían sus constructores, tanto desde el punto de vista del material como del personal y de la alimentación.
Pese a pertenecer a la época del Neolítico, o principios de la Edad de Piedra, época de cazadores-recolectores que pasaron a desarrollar la ganadería y la agricultura, las imágenes esculpidas en sus columnas no reflejan ningún tipo de violencia referida a escenas de caza o a sacrificios de animales, por lo que se descarta que fuese un lugar destinado a los sacrificios y rituales.
El hecho de que no aparezcan animales comunes de la ganadería, sino otros más exóticos y peligrosos, como los cocodrilos, leones, escorpiones y serpientes, hace conjeturar que podría tratarse de un templo religioso de oración a antiguas deidades, o incluso un complejo de tumbas donde los animales representados en los relieves de las piedras habrían de proteger a los difuntos en el más allá.
Sin embargo, todos estos descubrimientos y relaciones plantean otros interrogantes que siguen sin respuesta. Uno de los principales enigmas son los pictogramas y jeroglíficos ilustrados que abundan en el lugar y que representan animales que no forman parte de la fauna ni el hábitat de la zona, razón por la que resulta difícil vincular su significado con el complejo de Gobekli Tepe.
Asimismo, los restos de antiguas herramientas y de huesos de animales hallados en los alrededores del yacimiento no permiten asegurar que se trataba de un cementerio, aunque sí posiblemente de un lugar de reunión al que llegaba la gente y habitaba en sus alrededores durante su visita u hospedaje temporal. Mientras tanto, hasta que no se obtengan más certeza que arrojen un poco de luz sobre el misterio, todo son hipótesis.