El trabajo más peligroso del mundo: un traficante rescata a mujeres del Estado Islámico

Un sirio que rescata a mujeres yazidíes de las garras de los yihadistas en la ciudad de Raqa ha revelado detalles de su arriesgado trabajo.

El trabajo de Abdullah podría ser considerado el más peligroso del mundo. Este hombre se dedica a rescatar a las mujeres yazidíes de las garras del Estado Islámico en la ciudad siria de Raqa, donde cuenta con una sofisticada red de contactos de confianza integrada por unas 30 personas, informa el diario 'The Telegraph'

Este 'contrabandista' explica que la operación de rescate empieza cuando una persona retenida llama a su familia. "Sin una llamada telefónica no podemos ayudar", detalla. Después de la llamada Abdullah empieza a recopilar información sobre la mujer. Sus hombres sobre el terreno vigilan la casa donde se encuentra la yazidí retenida, a veces durante semanas antes de que se organice un intento de rescate.

El momento crucial de la operación de rescate

Según Abdullah, la parte más peligrosa de la operación de rescate es conseguir que la cautiva salga de la casa donde está retenida. "A menudo lo hacemos cuando están rezando, cuando bajan la guardia", aclara Abdullah, que agrega que "este momento es crucial".

Las personas que trabajan en el terreno del Estado Islámico se enfrentan a una muerte segura si son sorprendidas en el acto. Cada dos operaciones, Abdullah mueve a sus hombres por su propia seguridad. Su red está compuesta en su totalidad por árabes locales, algunos de los cuales incluso han luchado previamente al lado de los yihadistas. 

El talón de Aquiles del Estado Islámico

Para operar en suelo enemigo Abdullah tiene que recurrir a su ingenio, y cuenta que a veces usan coranes como tapadera para simular que han ido a un cementerio para llorar a los muertos. "El Islam es el talón de Aquiles del Estado Islámico. El Corán funciona como pasaporte, nos permite evitar las sospechas", recalca. En otra ocasión sus hombres usaron una panadería y una lavandería del centro de Raqa para disimular sus operaciones como si fueran entregas de pan y ropa a las casas en las que se encontraban las yazidíes.

Dado el número de rescatadores árabes que fueron ejecutados por su trabajo, el precio de sus servicios ha aumentado. "En el mundo del contrabando de personas, cuanto más peligroso es un rescate más dinero cuesta", constata Abdullah.