Las declaraciones contra el TTIP son "una cortina de humo"

RT entrevista a Cuca Hernández, vicepresidenta de Attac Madrid, tras las voces de Alemania y Francia contra el TTIP.

En el año 2013, los Estados miembros de la Unión Europea (UE), dieron su consentimiento a la Comisión Europea para negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos: el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión, más conocido como TTIP, por sus siglas en inglés. 

El proceso lo inició el equipo del entonces presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, y han continuado con su actual responsable, Jean-Claude Juncker. La idea era cerrar este acuerdo antes de finalizar el año 2016. Sin embargo, lejos de cumplir con esta previsión, algunos analistas ya piensan que este acuerdo nunca llegará a firmarse. 

Si bien durante los últimos años ha habido protestas en las calles de las principales ciudades europeas contra el TTIP promovidas por organizaciones y ONG, las críticas se habían limitado a la sociedad civil. Ahora, aumentan las voces contra este tratado de aquellos que tienen un mayor peso en la toma de decisiones: los políticos. 

Francia y Alemania: voces críticas con el TTIP

El vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, fue el primero en reconocer, el pasado domingo, que el tratado "es un fracaso de facto, aunque nadie lo reconozca abiertamente". El político alemán recordó que tras "14 rondas de negociaciones", la última de ellas a mediados de julio, "no hay cerrado un texto" que satisfaga a todas las partes. 

A las críticas declaraciones de Sigmar Gabriel, se han sumado este martes las de Matthias Fekl, secretario de Estado de Comercio Exterior de Francia, el país más crítico con el estado de las negociaciones por considerar que hay demasiadas cesiones a Estados Unidos. "En Francia ya no hay más apoyo político a estas negociaciones. Francia llama a poner fin a estas negociaciones", afirmó el ministro, añadiendo que uno de los problemas respecto al acuerdo radica en la actitud de EE.UU. "Los estadounidenses no dan nada o dan solo migajas. No es así como se hacen las negociaciones entre aliados", añadió Fekl.

Para Cuca Hernández, vicepresidenta de Attac Madrid - Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana -, dentro de la Unión Europea hay dos posturas diferenciadas: "Por un lado, están los negociadores y la Comisión Europea. Y por otro lado, están los gobiernos y los políticos de los diferentes Estados. Como la percepción que se tiene, por los papeles filtrados, es que Europa está cediendo muchos estándares en las negociaciones, (…) hay una percepción entre los políticos de que se está perdiendo soberanía. Y eso está generando inconformismo dentro de las filas, incluso dentro de aquellos partidos políticos que están a favor del tratado".

El secretismo de las negociaciones

El acuerdo tiene como objetivo promover el comercio y el crecimiento económico multilateral mediante la creación de la mayor zona de libre comercio del mundo. Los partidarios dicen que ayudará a las pequeñas empresas a abrirse a los mercados y a hacer más fácil los procesos de aduanas, mientras que los críticos con el mismo temen que los únicos beneficiados sean las grandes corporaciones, anteponiendo los intereses de las multinacionales a los de la ciudadanía.

No obstante, es poca la información que ha trascendido sobre este acuerdo desde que los Estados miembros dieron a la Comisión Europea el mandato necesario para negociarlo. "Los dirigentes políticos, salvo que tengan algunas filtraciones secretas, en teoría tienen la misma información que tenemos los ciudadanos. Son únicamente los negociadores quienes saben a ciencia cierta en qué punto están las negociaciones", aclara Hernández.

Y entre la información que ha trascendido, está el informe sobre la última reunión, celebrada en julio y disponible en la web de la Comisión. El texto, de poco más de tres páginas, pone de manifiesto que las negociadores entre el Ejecutivo comunitario y Estados Unidos no avanzan y que son muchos los puntos que todavía están abiertos para conseguir finalizar el acuerdo antes de 2017.

El Brexit y las elecciones norteamericanas complican la negociación

La salida de Reino Unido de la Unión Europea ha complicado las negociaciones, ya que para conseguir un acuerdo final es necesario que los británicos continúen aprobando todos los trámites. Sin embargo, una vez se produzca su salida de la UE tendrían que empezar a negociar desde cero un acuerdo bilateral con EE.UU. Una situación que, evidentemente, Londres quiere evitar a toda costa. 

Además, ninguno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos se ha mostrado muy partidarios del acuerdo de libre comercio. Por un lado, el republicano Donald Trump ya ha manifestado abiertamente que si gana las elecciones en noviembre pondrá fin al TTIP. Si bien Hillary Clinton no se ha mostrado tan contundente, el tratado tampoco agrada a la líder de los demócratas, que ni siquiera lo ha incluido en los temas de la pre-campaña electoral 

La postura de la Comisión Europea

Tras las declaraciones del titular de Economía alemán, la Comisión Europea rápidamente salió a defender el acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Lo hacía un día después, el lunes, a través de Margaritis Schinas, portavoz del Ejecutivo comunitario.  

"La Comisión está negociando este acuerdo sobre la base del mandato unánime que los Estados miembros nos dieron en 2013. Pero merece la pena mencionar que, a pesar de que las conversaciones toman tiempo, la pelota está rodando y la Comisión está progresando continuamente en las negociaciones en marcha", apuntó Schinas en rueda de prensa.

Según el portavoz, "la Comisión está lista para cerrar el acuerdo en diciembre de este año pero Juncker ya dijo que no sacrificará los estándares de seguridad, sanidad, social y protección de data o nuestra diversidad cultural”, obviamente dirigiéndose a los países más críticos con el acuerdo, como es el caso de Francia. 

"Una cortina de humo", según Attac

La vicepresidenta de Attac Madrid denuncia que "esto es una cortina de humo", en referencia a las declaraciones de Sigmar Gabriel, ya que en esa misma entrevista, defiende el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá (CETA). "En el CETA están incluidas todas las amenazas que podemos ver en el acuerdo con EE.UU., pero tendemos a magnificar la superpotencia que es EE.UU. y damos por supuesto que Canadá es una potencia más manejable. Pero el tratado tiene los mismo condicionantes en cuanto a falta de derechos que podemos observar en EE.UU.", explica.

Sostiene Hernández que las negociaciones sobre el TTIP han impedido ver lo que significa firmar este acuerdo comercial con Canadá: "El riesgo que existe en la firma del tratado con Canadá es el mismo que con EE.UU. No estamos firmando única y exclusivamente un tratado con las multinacionales canadienses, es que cualquier multinacional de EE.UU. que tenga sede en Canadá puede utilizar las vías del Tratado Ceta para exportar a Europa. Con lo cual, en alguna medida da igual que se firme el TTIP o no. Las multinacionales estadounidenses tendrían capacidad para invadir Europa", critica. 

La Comisión Europea quiere firmar el CETA en la cumbre con Canadá que se celebrará a finales de octubre. Sin embargo, a principios de julio, el Ejecutivo comunitario cedió ante Alemania y Francia, y dejaba pendiente su aprobación final a la ratificación de los parlamentos nacionales de los Veintiocho. No obstante, su intención es poner el tratado en marcha mientras los Estados miembros debaten el tratado en sus respectivos parlamentos, un proceso que podría retrasarse tres años.

María Jesús Vigo Pastur