El portal M2 ha publicado una lista de fenómenos que inesperadamente hacen nuestra percepción de la vida más positiva. Los científicos han estudiado los fenómenos de la psicología humana y han revelado qué medidas inusuales podemos tomar para sentirnos más satisfechos con nuestra existencia.
1. Meterse en peleas
La adrenalina que se despierta durante peleas le parece a nuestro cerebro tan gratificante como la comida, las drogas o el sexo, afirma el estudio realizado por la Universidad de Vanderbilt. Este hecho explica el interés que provocan los deportes sangrientos y videos de peleas y agresiones en YouTube. Los científicos afirman que la satisfacción que causa la participación u observación de combates sangrientos se explica con el deseo de proteger nuestro territorio, que proviene de los tiempos cuando los humanos primitivos vivían en cuevas.
2. Utilizar el transporte público
Tomar el autobús resulta ser mucho más relajante y agradable que conducir su propio coche, afirma el estudio de la Escuela de Medicina de Norwich en el Reino Unido. Es difícil negar que mientras conducimos a menudo tenemos que enfrentarnos al estrés que a veces causa el proceso, por eso los investigadores nos recomiendan que traslademos la carga de responsabilidad a los conductores y nos ocupemos de leer un libro o mantener una conversación amena.
3. Ver películas tristes
La investigación realizada por 'Sage Journals' ha encontrado que cuando las personas observan historias ficticias tristes se sienten mucho mejor en la vida real. Según los científicos, el contraste entre la vida real y los acontecimientos trágicos de las películas nos hacen percibir la vida de una manera más positiva. Y entre mayor sea contraste más mejora la percepción positiva, según el estudio.
4. Pensar en la muerte
¿Qué hay en el otro mundo? ¿Qué pasará cuando estemos libres de nuestros cuerpos mortales? Piense un momento. ¿Ya se siente mejor? Se puede suponer que sí, porque la investigación de los psicólogos de la Sociedad para la Personalidad y la Psicología Social ha comparado a las personas que paseaban por el cementerio y las personas que daban una vuelta por su entorno rutinario. Según los resultados, las primeras se mostraban más expuestas a ayudar a individuos desconocidos. Los investigadores han llegado a la conclusión de que pensamientos respecto a la muerte nos hacen más generosos, y, consecutivamente, más felices.